Los investigadores aseguran que tres de las siete calderas del edificio destruido no estaban declaradas
Una brutal explosión en la calle de Toledo dejó cuatro fallecidos y una decena de heridos hace una semana
Ha transcurrido ya una semana de la brutal explosión en un edificio de la calle de Toledo que se llevó por delante cuatro vidas y destrozó otras tantas. Con el paso de la horas, se fueron conociendo numerosos detalles, pero todavía quedan muchas incógnitas por ... resolver. Una de ellas es qué ocurrió con el escape de gas y en qué estado se encontraban las calderas que supuestamente produjeron el trágico estallido. En ese sentido, fuentes policiales aseguran a ABC que «tres de las siete calderas» que había en el edificio «no estaban declaradas a Industria» y, por lo tanto, dicen, «ocultadas a Naturgy». Las otras cuatro «habían sido revisadas» por esta última empresa.
Desde Naturgy indican que el proceso de inspección periódica de las instalaciones receptoras de gases combustibles se encuentra regulado y se lleva a cabo de forma obligatoria cada cinco años. En dicha inspección se identifican los aparatos conectados a la instalación receptora y, según la empresa, en la última revisión del edificio sacerdotal «se detectaron cinco calderas», algo que confronta con los últimos datos policiales conocidos. Otro tema que está en proceso de investigación es la necesidad de registro de las calderas, pues según algunas fuentes «no siempre ha sido obligatorio el registro de todas las calderas» .
La investigación, a cargo de la Policía Judicial de Centro, tratará de aclarar todos esos extremos . Fuentes del caso indicaron que tres de las cuatro calderas registradas eran anteriores a 2008 y atmosféricas y la cuarta era estanca. «Las tres que faltan por comprobar no saben aún si son atmosféricas o estancas y por ahora desconocen dónde estaban colocadas», cuentan las fuentes. Horas después de la explosión, se informó que el técnico de mantenimiento David Santos estaba manipulando una caldera en el momento del suceso junto al sacerdote Rubén Pérez Ayala, algo que ahora «prácticamente descartan» los investigadores, pues «apareció por allí sin herramientas».
Tantos son todavía los enigmas que la juez de Instrucción número 35 de Madrid ha solicitado a la Policía Científica y a los Bomberos un informe sobre la explosión del pasado 20 de enero, según ha informado Ep. El mismo día del suceso se incoaron unas diligencias de investigación para determinar lo ocurrido y ahora la juez está a la espera de ese informe y conforme a las conclusiones decidirá qué diligencias practicar. De hecho, ayer martes, el párroco de la iglesia de la Virgen de la Paloma, Gabriel Benedicto, afirmó que los fallecidos fueron encontrados en la calle , fuera del centro, por lo que ha pedido a los vecinos que le envíen fotos y vídeos para conocer «la verdad».
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