Así es el huerto de Carmena en Cibeles

Lechuga cuatro estaciones, tomillo limonero, lechuga primavera , pimientos de Aranjuez, tagetes o claveles de la India y tomates de Olmeda, entre otras variedades, brotan de las trece macetas instaladas sobra la grava inerte y atizada por el sol. Todas las semillas plantadas proceden del vivero del Parque del Retiro. Es la propia alcaldesa la que, de vez en cuando, se encarga de regar sus plantas.

La exjuez reveló el pasado lunes en un desayuno de prensa que los concejales ya habían probado sus frutos. No sabía si se trataba de unas hojas de lechuga o unas acelgas, pero las utilizaron para una comida en la que se unieron los concejales de Ahora Madrid para celebrar, con más de tres meses de retraso, el cumpleaños de la primera edil. «Sabían insípidas» , narran desde el Ayuntamiento. Todos pagaron a escote, especifican, «sin cargo a los presupuestos municipales».

Carmena quiere dar más vida a este huerto y ahora planea también que los ciudadanos llenen sus balcones de plantas para el consumo o decorativas. Se le ocurrió hace unos días paseando por la ciudad, recordando que cuando era pequeña la gente sacaba a las terrazas los geranios . El Ayuntamiento da vueltas a promover una iniciativa que puede ayudar a que los balcones vuelvan a teñirse de color.

Quizá esta práctica se haya perdido porque la ordenanza municipal de Policía Urbana y Gobierno de la Villa prohíbe el riego de tiestos, macetas o plantas en los balcones, siempre que produzcan daños o molestias al vecindario. Ana Botella intentó aprobar en 2013 la ordenanza de Convivencia Ciudadana, que multaba incluso por colocar macetas u otros objetos en balcones o alféizares donde existiera riesgo de caída. No llegó a salir adelante.

La próxima que instalará un huerto en la azotea de Cibeles será la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés . Ella cuenta con más espacio en la azotea que da a la calle de Montalbán. Tratará de desarrollar una cubierta ecológica como las que quieren extender al resto de la capital, gracias a los beneficios ambientales que producen.

Calculan que mil metros cuadrados de cubierta ecológica extraen dos toneladas de suciedad al aire anualmente. Además, funciona como aislante térmico –retienen el calor y el frío–, generando un gran ahorro energético. Disminuye de forma importante las emisiones de gases invernadero. Por otra parte, fomentan la biodiversidad y disminuyen la isla de calor de las ciudades .

Los casos más conocidos de tejados verdes en la región se encuentran en el Ayuntamiento de Getafe, en la cubierta de la Terminal 4 de Barajas o en la ciudad financiera del Banco Santander en Boadilla del Monte. Se prevé que la plaga de los huertos se extienda por toda la ciudad. Pronto echará a rodar la escuela municipal de huerta urbana al sur de Madrid, en el entorno de la Caja Mágica.