Un hombre irrumpe con una katana en una sidrería de Madrid al grito de «te voy a hacer filetes y quemar la casa»

Los clientes y peatones le recriminaron su comportamiento, fue entonces cuando amenazó al dueño , diciendo «voy a ir a mi casa a buscar un cuchillo y te voy a matar». El sujeto regresó poco tiempo después y le vociferó al dueño: «Sal fuera que te voy a matar», al tiempo que sujetaba una especie de katana de 40 centímetros de hoja en una mano y el otro brazo lo traía envuelto en plástico para evitar herirse en la trifulca. El propietario de la sidrería se negó a salir y le espetó que entrase si quería matarlo. El vecino ante la negativa arremetió contra las mesas y vasos de la terraza , y ya dentro blandió la katana, a diestro y siniestro, llevándose por delante botellas y mobiliario.

Los testigos llamaron a la policía y varias patrullas se personaron en el lugar de los hechos, pero el agresor al oír las sirenas había huído unos minutos antes . La Policía Nacional, según cuenta Raquel, cercó el barrio para hallar al culpable. «Es un suceso que pudo haber terminado en desgracia, especialmente si Nicolás (dueño de 'Casa Parrondo') llegar a salir de su local», expresa la mujer, que destaca que el filo del cuchillo estaba lo suficientemente bien afilado como para cortar todo a su paso con facilidad.

Afortunadamente, no hubo que lamentar ningún herido. La Policía Nacional encontró al agresor en su domicilio. El autor es un hombre de 43 años que ha sido acusado de amenazas y daños, con unos desperfectos ascienden a 1.000 euros . El propietario de Casa Parrondo reconoce que quiere paz en su negocio, lo lleva desde hace cuarenta años y no es la primera vez que el agresor ataca su local.

«La hostelería ya está lo suficientemente mal como para tener que aguantar esto. Yo tengo un niño de 11 meses y no quiero ir por la calle pensando que este vecino pueda agredirnos», lamenta Raquel, que señala que los comportamientos del detenido «no vienen de ahora, sino de muy atrás». «Es el trauma de nunca pasa nada hasta el día que pase , entonces diremos que todos sabíamos que el vecino estaba loco, pero todo el mundo se callaba la boca y lo tapaba, y entonces qué», concluye.