Milagro en un derrumbe en Chamberí: «Ella dormía en el otro lado de la cama, si no, le habría caído encima»
El desprendimiento de una fachada en obras ha abierto un boquete en el techo de una vivienda en la calle del Cardenal Cisneros
Un agujero en el techo y un montón de escombros desparramados en un bonito patio interior son las huellas del derrumbe que ha despertado este miércoles a varios vecinos de Chamberí. «Ella estaba en la cama, tirada hacia el otro lado, si ... no…», comentaba horas después uno de los inquilinos de la vivienda sobre la que se ha desmoronado una fachada en obras. La pareja afectada , de unos 40 años, se ha visto obligada a abandonar poco después del mediodía su casa, un bajo que ha quedado abierto al cielo con un boquete en la habitación principal.
«No os voy a decir nada, estamos todos bien y eso es lo importante», han sido las únicas declaraciones de Paula, la mujer que dormía cuando pedazos de ladrillo se han desplomado sobre su cabeza. Su pareja se había levantado de la cama poco antes del estruendo para preparar el desayuno y se salvó de la montaña de escombros que eligió su lado del colchón. Paula también tuvo suerte. La asfixiante nube de polvo que provocaron los restos caídos les forzó a abrir las ventanas para poder respirar. Sus vecinos se asomaron enseguida: «¿Estáis bien, estáis bien?». Los efectivos del Samur-PC han atendido a los dos por erosiones leves y el Samur Social los ha realojado más tarde ante su hogar inhabitable, en el número 56 de la calle de Cardenal Cisneros.
Este mediodía, las mallas verdes y azules de seguridad lucían desgarradas sobre el inmueble de dos plantas dañado. El patio de paredes blancas, salpicado de macetas y contiguo al edificio que se encontraba en rehabilitación, ahora está precintado. El siniestro se ha producido sobre las 9 de la mañana y durante horas bomberos, policías municipales y técnicos de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid han permanecido en el lugar valorando la situación y la seguridad.
A pesar del aparotoso accidente, no ha sido necesario desalojar todo el inmueble. Julio, residente en el bloque vecino, cuyo balcón es testigo del estropicio, fue de los primeros en llamar a los servicios de emergencias. «Había un obrero trabajando en la fachada, ahí colgado, y pensábamos que se habían roto las cuerdas», relataba. Sin embargo, no ha habido heridos y solo los inquilinos de tres viviendas han tenido que ser realojados por el Samur Social. Una acudió corriendo a recoger a su gato y otra, Susana, salía a las 13 horas con una pequeña maleta: «No me he enterado porque estaba teletrabajando, mi casa está bien pero me realojan por seguridad».
Escombros de la quinta planta
Los escombros se han desprendido de un pedazo de la quinta planta del edificio en obras, ubicado en la calle perpendicular de Eloy Gonzalo, y han caído sobre el dormitorio de Paula y su pareja. El jefe de la guardia de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, Rodrigo Barredo , ha detallado que en el inmueble en rehabilitación estaban cambiando una estructura de madera por una metálica, y durante esas labores ha cedido una de las carreras y ha provocado el desprendimiento de un muro de pequeña altura, lo que llaman técnicamente peto. Ese peto es el que ha caído sobre la cubierta de la casa contigua.
La Policía Municipal ha utilizado drones para revisar la estructura externa, dado que los medios aéreos no han podido acceder a la zona afectada por la estrechez del espacio disponible. Posteriormente, han examinado la parte interior y han desalojado las viviendas que podían peligrar por el desprendimiento, tanto del edificio en obras como el de la vivienda baja afectada, en este último caso debido a que el techo ha quedado en una situación comprometida. Cinco horas después del susto, los técnicos municipales seguían comprobando la seguridad del edificio.