Qué hacer en Madrid este fin de semana: parques únicos para aligerar el paso tras las Fiestas, rebajas de invierno y una escapada

Benditos parques

Aunque este fin de semana hará frío, no lloverá (si se cumple lo que anticipa el pronóstico), por lo que después de tanta comilona y compras, y en vista de lo aconsejable que es evitar reuniones y espacios cerrados, lo mejor es planear un día de parque, opción que sale gratis y beneficiosa.

En Madrid los hay muy bonitos y variados. Además del siempre único El Retiro , donde se pueden realizar actividades deportivas, un paseo en barca o ver espectáculos callejeros cada fin de semana, un plan apetecible en pleno centro de la ciudad puede ser darse una vuelta por Ópera y el Palacio Real para bajar luego al Paseo de la Virgen del Puerto y entrar por allí (es gratuito) a los Jardines del Campo del Moro , uno de los rincones verdes menos conocidos de la ciudad y un remanso de paz en medio del área más noble y antigua. Debe su nombre al lugar donde acampó el ejército de Alí Ben Yusuf en 1109, en su intento por hacerse con Madrid. Mucho tiempo después, Felipe II compró los terrenos para configurar la zona de ocio de la Corte y, más tarde, Isabel II ordenó diseñar el parque tal como lo vemos hoy, nutrido de obras de arte, árboles y sendas.

Si se busca evitar esta zona nuclear, uno de los parques más bonitos y grandes de Madrid es el Tierno-Galván, en Arganzuela , donde ocupa más de 400 mil metros cuadrados. Allí hay desde carril bici y área canina hasta lago, juegos infantiles y auditorio al aire libre. El plan se complementa muy bien con una visita al Planetario , ubicado allí mismo. En este fin de semana pandémico hay que coger la entrada (3,60 € adultos; 1,65 € niños y mayores) con anticipación, que cubre visita a las exposiciones (en estas fechas hay cuatro, una de ellas dedicada al astronauta Yuri Gagarin) y una proyección -de tono familiar- con cinco pases al día entre las 10 y las 18.30 horas.

El que se sale en extensión (160 hectáreas) es el parque Juan Carlos I , en Barajas, al que no le falta nada: desde verdes praderas y estanques hasta juegos, sendas deportivas, esculturas, áreas para comer y fuentes. Es perfecto para recorrerlo en bicicleta, monopatín o patines, e incluso apuntarse a practicar piragüismo si la visita se convertirá en algo regular (funciona allí el club deportivo Piragua Madrid ).

De compras y con estilo

Este es el gran fin de semana de inicio de las rebajas . Aunque hay firmas que se han adelantado , como ocurre desde hace unos años en los las fechas se han liberalizado y además encadenamos rebajas con liquidaciones, ventas especiales y todo tipo de eufemismos para tirar de la bajada de precios como reclamos. En Madrid las principales áreas de compras dentro de la almendra, sin contar con los centros comerciales, son los ejes de Orense, Goya, Argüelles y Fuencarral. Allí la oferta es grande, igual que lo es en la Gran Vïa si lo que se buscan son marcas líderes que, en esa calle, ocupan lo que fueron edificios históricos y emblemáticos, como el antiguo cine de H&M, tal vez su tienda más bonita.

Además de ropa, complementos y artículos de deporte y belleza, las rebajas son un buen momento para renovar la decoración del hogar . En Madrid acaba de abrir, en un esquinazo de Velázquez, 23, la catalana y depurada Pilma , que llega por fin a la capital a sus 45 años (aunque de alguna manera ya había puesto un pie aquí con su división Pilma Travel, de maletas). Si es por novedad, muy cerca de allí, en Príncipe de Vergara 115, también ha abierto Kvik , firma danesa de cocinas, baños y armarios, y en Jorge Juan, 38, es posible encontrar ahora, en el 'showroom' Iconno , a la firma italiana de diseño Poltrona Frau , con sus icónicas butacas y sofás.

Pero no solo de tiendas grandes está hecho el universo decorativo del barrio de Salamanca, que las tiene todas, desde Coordonné y Vitra hasta Gastón y Daniela y Cassinna. En la zona también está la pequeña (Núñez de Balboa, 79), con sus preciosos objetos de cuero artesanal; el paraíso de los seguidores de Marie Kondo, Orden en casa (Hermosilla, 43); el rincón de Japón en Madrid, Aneko (Castelló, 15), y la gran fuente de tesoros que es Guáimaro (Velázquez, 48), donde unos exabogados reúnen sus hallazgos en interiorismo.

Escapada a San Lorenzo de El Escorial

San Lorenzo de El Escorial es de sobras conocido por su monasterio del siglo XVI. Tan famoso es, que a veces no vamos por huir de los clichés. Pero este pueblo del noroeste de la Comunidad de Madrid, a 47 kilómetros de la capital, es de todo menos un lugar que pueda decepcionar o ser interesante solo para turistas. Por el contrario, es un destino al que volver siempre, precioso por su historia y legado y por sus paisajes ( ver fotos ), y una gran asignatura pendiente que subsanar de inmediato si sigue en la lista.

Al monasterio levantado por Felipe II como sede de los monjes de la Orden de San Jerónimo, panteón y residencia real, biblioteca y seminario, hay que entrar y, preferentemente, hacer su visita guiada. Los expertos saben poner de relieve el pasado único y los rincones clave de este imponente edificio de más de 33 mil metros cuadrados que atestiga como ninguno lo que fue el Siglo de oro español y es Patrimonio de la Humanidad. La actividad dura unas dos horas, y constituye un agradable paseo con lección de historia incluída . Abre de 10 a 18 de martes a domingo (adultos, 12 €; niños, 6 €; con guía, 4 € adicionales por persona), y este último día se puede aprovechar la entrada gratuita de 15 a 17 horas.

En San Lorenzo de El Escorial hay además preciosos espacios verdes. Los primeros, los jardines que rodean al monasterio, diseñados por los mejores jardineros de la época con sus laberintos, caminos, rosaledas, esculturas y edificios anexos. Pero además es un puelblo cargado de majestuosos árboles (pinos, encinas, fresnos) que en esta época del año se visten de dorado y rojo en contraste con los muros de piedra. La visita al monasterio se puede, por tanto, complementar con un paseo por el cercano Bosque de la Herrería y terminarlo en la silla de Felipe II, desde donde las vistas son soberbias.

Para este fin de semana no se anuncian lluvias en esta zona , por lo que un picnic en el frondoso parque puede ser una buena idea (hay mesas para ello). No obstante, si hay ganas de comer a resguardo después de tanto aire libre y frío, en el pueblo hay numerosos sitios que ofrecen menús y platos de cuchara, carnes y embutidos. Uno a recomendar es el clásico Charolés , en pleno centro del pueblo, donde desde 1977 destaca por su cocina tradicional (si la visita se hace el viernes se puede disfrutar de su gran cocido).

También en el centro está la pequeña librería Quesada , que funciona nada menos que desde 1936, actualmente a cargo de la cuarta generación de libreros. Abre los fines de semana, por lo que la visita es posible este, de 8 a 14 horas, tanto para comprar libros como prensa y revistas.

Si la escapada es familiar, hay dos espectáculos este fin de semana que se pueden ver en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial: el viernes 7, a las 18 horas, el de canciones infantiles 'Amar la libertad', de la compañía Soy Ratón, y el sábado 8, a la misma hora, la gala de circo de la compañía Chisgarabís, con malabares, payasos y acrobacia. En ambos casos, entradas a 13,50 € por persona.