La guerra contra el óxido del caballero de Benlliure

El ayuntamiento inicia la restauración del general Martínez Campos, una de las estatuas más representativas del escultor valenciano, aprovechando el 75 aniversario de su muerte

Operarios estudian, este miércoles, el monumento al general Martínez Campos ISABEL PERMUY

Arsenio Martínez Campos ganó la guerra, cabalgó hasta un cerro para observar el campo de batalla y ahí, ante una suave brisa que agitaba el capote del general, su caballo exhausto, con las venas del cuello henchidas y los ollares abiertos, agachó la cabeza para ... zarandearla en el aire. Es el instante congelado en bronce en 1907 por Mariano Benlliure (Valencia, 1862-Madrid, 1947). Su bisnieta, Lucrecia Enseñat Benlliure, contemplaba este miércoles la escultura que preside una de las fuentes del parque de El Retiro, donde una grúa elevaba a dos operarios para estudiar al general de cerca. «No hay estatua ecuestre en Madrid como esta, casi antimilitarista», apreciaba, mientras los técnicos daban el primer paso hacia la restauración de una de las obras más representativas del escultor de reyes.

Este 2022 se cumplen 160 años del nacimiento de Benlliure y 75 de su muerte , con 85 años. Falleció una década antes de que naciera su bisnieta y, aunque entre sus herederos abundan los arquitectos, Lucrecia ha sido la única que ha dedicado un cuarto de siglo a estudiar y catalogar la obra de su antepasado. «Se puede decir que Madrid es un museo de escultura de Benlliure», asegura. La ciudad custodia 16 conjuntos del maestro del realismo , entre monumentos, placas y lápidas, y la dirección general de Patrimonio Cultural del ayuntamiento ha emprendido la limpieza de todas ellas —una inversión total de 100.000 euros— con motivo de su aniversario.

La mayoría se someterán a un repaso superficial, pero tres de ellas han requerido una restauración de mayor envergadura. La primera, que se acometió el pasado otoño, fue la estatua del cabo Noval (1912), en la plaza de Oriente, que había perdido las cabezas de los relieves del pedestal y estaba plagada de grafitis. Desde entonces, una pequeña valla a su alrededor disuade a los vándalos. Después llegó el turno del teniente Ruiz (1891), oculto tras un andamio durante meses por unos trabajos, con un presupuesto de 23.500 euros, que terminarán la primera quincena de julio. La tercera y última, el general Martínez Campos, se enfrascó este miércoles en la fase de estudios previos.

La estatua del teniente Ruiz, en la plaza del Rey ISABEL PERMUY

Limpieza con algodones

Varias palomas otean El Retiro desde el general Martínez Campos que el tiempo y el óxido han teñido de un esmeralda deslucido. «El objetivo es quitarle la suciedad, la costra biológica , entre la contaminación y los excrementos de paloma se deteriora», explica la jefa de la Unidad de Intervención de Monumentos del consistorio, Gema Sanz. La última intervención sobre la estatua, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 2013, fue en 2012. Al análisis previo, que se extenderá un mes, le seguirán en julio las obras de restauración, otros cuatro meses más; un proyecto que cuenta con el asesoramiento técnico del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) del Ministerio de Cultura.

«Es muy lento, se limpia con algodones, poco a poco , siguiendo los criterios europeos», cuenta Sanz. Primero se retiran las capas de anteriores actuaciones, después se utiliza etanol y disolvente de baja penetrabilidad y alta evaporación para limpiar la escultura y, por último, se barniza con productos anticorrosivos para frenar la oxidación, según enumera Sisenando Carretero, el restaurador de la empresa Fernández Molina, adjudicataria del contrato municipal de conservación y mantenimiento de monumentos.

El proceso costará cerca de 45.000 euros; el general Martínez Campos lo merece. «Es una escultura con alma», señala Sanz. «Es uno de los monumentos más bellos de Benlliure», corrobora su bisnieta. Más allá del hombre y el caballo, el escultor valenciano diseñó el pedestal , de mármol y piedra caliza. «Benlliure daba mucha importancia al conjunto en sí, no solo es la escultura, sino un todo formado por distintas partes», destaca Lucrecia.

El propio general Martínez Campos (en vida) fue uno de los promotores de la escultura vecina también inmersa en su rehabilitación, en la plaza del Rey. El teniente Ruiz, uno de los héroes del levantamiento del 2 de mayo de 1808 , inmortalizado con la espada desenvainada y la mano izquierda en alto, arengando a sus hombres. «Es pura acción», apostilla Lucrecia. Benlliure no escatimó en detalles: las líneas de la mano, un botón desabrochado, la textura de los pantalones de pana, los clavos de las botas. Los mismos detalles que el ayuntamiento se esfuerza en pulir.

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