Los grandes incendios de la historia de Madrid

Los grandes incendios de la historia de Madrid

Se cumplen cinco años del incendio del edificio Windsor, cuando los madrileños se quedaron estupefactos al ver como uno de los edificios más altos de la ciudad ardía como una gigantesca tea ante los inútiles esfuerzos de unos bomberos que parecían liliputienses intentando apagar a ... un Gulliver flamígero. Aquella vez no hubo víctimas, pero ha habido otras ocasiones en las que el fuego ha provocado daños mucho más sensibles que los materiales. Los almacenes Arias, la discoteca Alcalá 20, o el teatro Novedades son lugares de infausto recuerdo para quienes tienen ya cierta edad o le han echado un vistazo a las hemerotecas. Hagamos un breve recorrido por la historia y repasemos las tragedias que el fuego ha causado en la capital. A la vista de la frecuencia con la que se producen, parece que en Madrid los edificios prenden con facilidad.

- Incendio en el Teatro de la Zarzuela (1909):Cientos de personas corriendo aterrorizadas por la Carrera de San Jerónimo, pánico entre las autoridades que esperaban en la Estación del Norte al Rey de Portugal... Así amaneció Madrid el 8 de noviembre de 1909, conmocionada por el incendio que redujo a cenizas el Teatro de la Zarzuela. Los bomberos trabajaron durante horas para contener las llamas y evitar que terminara también con las viviendas aledañas en las calles de Zorrila y Los Madrazo. Aquella vez no hubo víctimas mortales. - La tragedia del Novedades (1928)Mucho mas devastador fue el fuego que se declaró en el popular teatro Novedades, situado en las cercanías de la plaza de la Cebada, uno de los predilectos para las clases trabajadoras madrileñas del primer tercio del siglo XX. El 23 de septiembre de 1928 se proyectaba el sainete «Lo mejor del Puerto». Algunos elementos de la decoración de la obra comenzaron a arder prendidos por unos farolillos. El jefe de tramoyistas dio la voz de alarma. Fue el momento fatal. El pánico cundió entre el público, que se dirigió en tropel a la salida. 67 personas perecieron pisoteadas o asfixiadas. La magnitud de la tragedia conmovió a la opinión pública española y llevó a los miembros del Gobierno, con Miguel Primo de Rivera a la cabeza, a acercarse al lugar del suceso aquella misma noche. - La fiesta acabó en martirio en Alcalá 20 (1983)Eran los felices tiempos de la «Movida». La juventud del Madrid de Tierno Galván descubría a base de juergas la libertad. Pero la noche del 17 de diciembre de 1983 la fiesta acabó mal. Muy mal. Un fuego declarado en la sala de fiestas Alcalá 20 a altas horas de la madrugada tornó los besos de las parejas jóvenes en chillidos y los bailes en carreras aterrorizadas hacia la salida. El local, cuyas puertas de emergencia estaban bloqueadas y ubicado en un sótano, se convirtió en una fatídica ratonera. Hubo 81 muertos. Hace pocos días, después de décadas clausurada, la sala ha vuelto abrir.

-Los almacenes Arias se tragan a diez heroicos bomberos (1987)En la calle Montera, a escasos metros de la Puerta del Sol, el cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid sufrió la peor de sus tragedias. Diez de sus efectivos perecieron sepultados bajo las ruinas del edificio que albergaba los populares almacenes Arias. Después de largas horas batallando contra las llamas que devoraban el inmueble la tarde del 4 de septiembre de 1987, tras haber extinguido el incendio, los bomberos se adentraron en el lugar del sinestro para examinarlo. No saldrían de allí. Las paredes que quedaban en pie se les vinieron encima. Diez hombres murieron, provocando la indignación y la rabia de sus compañeros. Todavía hoy se les recuerda como ejemplo de abnegación y servicio a la ciudadanía. -Un operario descuidado arrasa el Palacio de los Deportes (2001)Ahora hay uno nuevo moderno y vanguardista, pero al viejo Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, sito en la avenida de Felipe II, también lo devoró un incendio. El 28 de junio de 2001, el recinto, un referente de la vida deportva de la capital, se convirtió en una inmensa hoguera que se consumió en pocas horas. Los periódicos de entonces refirieron como probable causante la llama de un soplete que se estaba utilizando para impermeabilizar la cubierta. En este siniestro no hubo víctimas mortales.

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