Grandes eventos como el Orgullo y el Mad Cool estarán obligados a ser sostenibles

La tramitación de la norma, impulsada por el Área de Medio Ambiente y Movilidad, que dirige Borja Carabante (PP), surge de la necesidad de sustituir la Ordenanza General de Protección del Medio Ambiente Urbano, vigente desde 1985 –con dos modificaciones, en 1990 y 2002– y un tanto desactualizada en algunos aspectos. Fuentes de la concejalía detallan a ABC que el futuro texto se articula sobre tres ejes: preservar y mejorar la calidad del aire; proteger la salud y el medio ambiente ante las diferentes emisiones; e impulsar la eficiencia energética. Todo, como informó este diario, a apenas unos días para que el equipo de Gobierno de PP-Ciudadanos presente en Bruselas el plan Madrid 360º , diseñado para reducir los niveles de contaminación en la capital.

Así, entre las novedades de la ordenanza, que entrará en vigor después del verano, destaca esta obligatoriedad para los promotores de grandes eventos. Según consta en el borrador, se regularán fundamentalmente los acontecimientos que se celebren en el exterior y los que podrían tener un impacto notable en el medio ambiente . Se refiere a festivales, conciertos y concentraciones que impliquen un montaje y una estructura determinada, aunque no tanto a manifestaciones y agrupaciones multitudinarias.

El informe previo, explican desde Medio Ambiente, debe contener la identificación de los responsables a efectos ambientales y de seguridad y una batería de medidas que aseguren que el desarrollo del evento cumple con los principios de accesibilidad, movilidad sostenible, jerarquía de residuos, sostenibilidad en el gasto de energía y recursos hídricos y la minimización de las molestias a los vecinos. También un análisis de la huella de carbono, junto a acciones de compensación de la emisión de gases de efecto invernadero , y el cumplimiento de exigencias relativas al suministro eléctrico y el uso de maquinaría previstas en la propia ordenanza.

Además, la norma exigirá tras su aprobación que los organizadores garanticen acciones para fomentar la corresponsabilidad de los participantes en hábitos comprometidos con la sostenibilidad y el consumo responsable –como podría ser el reciclaje de vasos– y otras actuaciones relacionadas con el equilibrio del impacto ambiental y promover un legado sostenible.

El objetivo es aliviar la enorme carga que este tipo de eventos supone en cuanto a ruidos, emisiones contaminantes, olores, toneladas de basura, daño a zonas verdes o uso de recursos. Sirva como ejemplo la celebración del Orgullo, que con más de un millón y medio de asistentes en una semana generó el año pasado cerca de 600 toneladas de residuos , además de los trastornos en la vida de los vecinos del distrito de Centro. Igualmente el Mad Cool , que acogió en 2019 a 80.000 personas diarias, con el consiguiente impacto en la zona. Si bien el texto no es definitivo y deberá someterse a consulta y alegaciones, la ausencia de esta memoria será equivalente al incumplimiento y se consideraría como una infracción grave que podría desembocar en la negativa a celebrar el evento.

La futura ordenanza, no obstante, no se refiere a otros espectáculos que también acogen a un elevado número de personas, como puede ser un partido de fútbol o un concierto en un recinto privado. Las singularidades de estos, matizan en la concejalía, ya se han evaluado, tanto desde un punto de vista medioambiental como de movilidad o seguridad. Otro supuesto serían eventos en fiestas patronales como La Paloma o San Isidro, en cuyo caso sería el propio Ayuntamiento quien debería preparar la documentación.