Fundaciones, cargos y comisionados, el techo de Vox para apoyar los presupuestos de la región

Vox ha apuntado las líneas generales de por dónde quiere que se meta la tijera. Pero sin detalles: no concretará, asegura Monasterio, hasta que tenga delante el anteproyecto de presupuestos y pueda estudiarlos «partida a partida y programa a programa». Su mirada está puesta en el «adelgazamiento de la administración» y la «reducción del gasto político». Dos conceptos detrás de los que están, según han apuntado, realidades como las 13 consejerías que forman el Gobierno regional –uno de los más extensos que se recuerdan en la historia de la Comunidad–. O los fondos públicos que se van a organismos y entes como fundaciones, comisionados, observatorios o institutos públicos de cuya oportunidad, en un momento de crisis como el actual, dudan en el partido de Monasterio.

Los tres socios de investidura quieren que la parte del león del presupuesto de 2021 vaya a las tres áreas donde más necesario va a ser el dinero: Sanidad, Educación y Políticas Sociales . Pero estas tres consejerías ya suman, en las cuentas públicas, un 75 por ciento del total presupuestado: Sanidad alcanzó en el último año pre Covid los 8.106 millones de euros, de los que 3.648 se iban a abonar los sueldos de los 75.688 trabajadores sanitarios. Eso, antes de que llegara la pandemia y se reforzaran las plantillas con más de 11.000 personas, a lo que ha habido que añadir todo tipo de gastos extra en medicación, material o equipamientos.

Educación, por su parte, tiene un presupuesto de 4.917,4 millones de euros, y Políticas Sociales suma 1.822 millones. Los tres juntos llegan a los 15.000 millones, lo que supone que tres de cada cuatro euros del presupuesto regional ya se iban a estas tres áreas antes de la pandemia.

Ampliar sus presupuestos en 2021 es tan razonable como complicado es pensar de dónde restar para que cuadren las cuentas. A ello se suma que otra de las prioridades por las que apuestan tanto el tándem PP-Cs como Vox es la reactivación económica, lo que se traduce en ayudas para colectivos como la hostelería . La formación naranja ha conseguido incluir en el presupuesto su Plan de Rescate Ciudadano, dotado de 1.000 millones de euros para ayudas a pymes, autónomos y familias con dificultades por la crisis originada por la pandemia.

Los responsables políticos madrileños no pueden contar con más ingresos para afrontar los gastos; por el contrario, con la terrorífica caída del 13 por ciento del PIB, la economía nacional ha quedado más que dañada y la previsión de recaudación fiscal también desciende. Por otra parte, los gobernantes madrileños tienen que hacer frente este año a otro reto: su promesa de rebaja de impuestos, que han insistido en mantener pese al complicado panorama económico.

El consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty , ya adelantó a ABC que no incrementará la deuda –34.000 millones de euros– ni el déficit de la Comunidad de Madrid en el nuevo presupuesto, lo que también cierra otros caminos para acceder a ingresos extra.

¿Pero de dónde recortar? Vox ha dado algunas pistas de por dónde podrían ir sus peticiones. Ha mencionado en varias ocasiones los comisionados: en la actual estructura del Gobierno regional, funcionan cuatro: el de Víctimas, el de Bienestar Animal, el de la Cañada Real y el de Revitalización de Municipios Rurales. Otro frente que tocan es el de las fundaciones: en la Comunidad funcionan varias, con un presupuesto total de 241 millones de euros. En otras ocasiones, sus críticas por el gasto público indebido se han referido también a Telemadrid, ente público al que el presupuesto en vigor destina una partida de 84 millones de euros.

La líder de Vox insiste en que «hay cientos y miles de subvenciones y de chiringuitos, de gasto no fundamental, que hay que sacar del presupuesto y dar una inyección de liquidez a la hostelería y el comercio. Y bajar cuanto antes los impuestos a los madrileños». A su modo de ver, «el nuevo presupuesto no se puede parecer en nada al actual, porque la realidad de las empresas y las familias hoy no es la de hace dos años».

El montante total de las próximas cuentas anuales podría rondar los 22.500 millones de euros, aunque la cifra no está cerrada. Esto supondría un 12,5 por ciento más que el último aprobado , que ascendía a 20.071 millones, y que se elaboró para el año 2019 y aún están en vigor, puesto que ha sido prorrogado dos veces. Pero el mundo en 2019 no es el mismo de 2021: por medio ha pasado una pandemia que ha asolado a todo el planeta y deja cifras insoportables de muertes y, también, de pérdidas económicas.

En Vox ha mantenido, durante el año y medio largo que ha pasado de legislatura, una buena relación con Ayuso ; salvo algunos encontronazos –como cuando le tumbó su ley de bajada fiscal por un desencuentro con Ciudadanos–, ambos partidos se han tratado con respeto. No ha ocurrido igual con los naranjas, con los que los choques han sido constantes y las diferencias de criterios resultan mucho más palpables.

Sin embargo, el líder de Cs en Madrid, Ignacio Aguado, se muestra ahora partidario de enterrar el hacha de guerra y pactar lo que haga falta: «El momento lo precisa; tras una caída del 13 por ciento del PIB que ha sido devastadora, no se puede estar sin presupuestos». Recuerda que «el paro ha crecido en 93.000 personas y el desempleo juvenil se sitúa ya en el 48 por ciento; además, hay 100.000 madrileños más en riesgo de vulnerabilidad». Por eso, pide a Vox que no se «obceque» en líneas rojas ni quiera «hacer política» con los presupuestos.

Pero en el partido de Rocío Monasterio no parecen dispuestos a ponerles las cosas fáciles. De momento, insisten en que el Gobierno regional no les ha dado ningún borrador del presupuesto y quieren tenerlo para estudiar con absoluto detalle lo que allí dice. Y, además, quiere que la próxima cita para negociarlos se produzca en un escenario imposible –hoy por hoy–: «En un local de hostelería abierto a las 9 de la noche» , reclamó Monasterio.

No cerrar Madrid y que haya ayudas directas a la hostelería es, precisamente, una de las condiciones que pone Vox para apoyar con sus votos el escenario presupuestario para 2021.

Su resumen es que quiere unos presupuestos en los que «el máximo de dinero esté a disposición de los madrileños, y no de los políticos». Respecto a cuánto se tardará en lograrlos –Cs insiste en que hay prisa –, Monasterio recuerda que en mayo pidió hacer unos de emergencia y su propuesta cayó en saco roto. En todo caso, remata, la velocidad la marca el Gobierno regional: «Dependerá de lo que tarden en darnos el borrador de los presupuestos».

Mientras, la presidenta Díaz Ayuso sigue templando gaitas e intentando propiciar el necesario acercamiento : en el último pleno, pidió abiertamente a Vox su apoyo para las cuentas públicas: «Agradezco su trabajo y estoy convencida de que su apoyo va a ser leal para estos meses». Una convicción que se parece mucho a un deseo.