La fiebre de las fiestas ilegales con menores en Madrid

El primero de los casos de la madrugada de ayer tuvo como escenario uun local de la calle de San Lorenzo, 2, en Centro. Agentes de la Unidad Integral del Distrito irrumpieron en el bar, denominado Los Maitines, y se encontraron con nada menos que un aforo que superaba el permitido en un 50% . Había 47 menores de edad, indicaron fuentes policiales, que estaban celebrando una fiesta de graduación de curso. Tienen entre 16 y 17 años.

Como ha ocurrido en casos anteriores, el cierre del establecimiento estaba bajado y no se permitía la libre entrada y salida de los chavales, para no llamar la atención de los funcionarios policiales. Lo que encontraron allí dentro fue un evidente consumo de alcohol y tabaco, algo totalmente prohibido en casos así. El dueño del bar ha sido propuesto para varias sanciones de distinta índole y será la Junta del Distrito de Centro la que deberá decidir si se procede al precinto.

El segundo episodio tuvo ocurrió en el distrito de San Blas-Canillejas. En el número 27 de la calle del Butrón se había arrendado un local como vivienda de temporada. Las c ondiciones higiénico-sanitarias eran deplorables . Lo que se celebraba en este caso era una fiesta de cumpleaños, en la que participaban 31 personas, siete de ellas menores de edad, según precisaron a este periódico las mismas fuentes.

Ya el pasado febrero, la Policía Municipal desalojó a 110 adolescentes de un pub del Camino de los Vinateros, en el distrito de Moratalaz. También se dio entonces «una alarmante permisividad» en cuanto a la venta y consumo de alcohol y tabaco. Los chavales eran de un centro escolar del barrio y celebraban una fiesta.

El fin de semana del 23 y del 24 de abril casi otro centenar de chiquillos fueron sorprendidos por los agentes en dos juergas clandestinas. La primera, en Carabanchel, con 39 menores que, en el sótano de un bar de copas, fumaban y bebían literalmente bajo una escalera cerrada con candado, para que no pudieran salir hasta las seis y media de la mañana. Esa era la orden del dueño del establecimiento, Imperio Lationo (en la calle de las Hermanas Alonso Barceló), que les cobró 10 euros a cada uno de los asistentes. Estaban metidos en un espacio de apenas cien metros cuadrados y sin ningún tipo de ventilación. Una chica, la organizadora del cumpleaños, era la que había negociado con el empresario, vía WhatssApp.

Al día siguiente, ocurrió algo similar en el Espanta trenes, que no disponía de licencia para discoteca. Los agentes desalojaron el establecimiento y, según lo manifestado por los menores, un total de 57, habían pagado 17 euros para poder acceder y disponer de barra libre de alcohol.

Estas situaciones se producen, según señala el Cuerpo, con «mayor frecuencia» en estas fechas próximas a la finalización del curso escolar, por lo que Policía Municipal está intensificando su labor de prevención para garantizar la seguridad y protección de los menores.