Un fémur para esclarecer la muerte de Juana tras casi 20 años desaparecida

Hay que remontarse al 22 de febrero de 2003 para datar la desaparición de esta mujer, que entonces tenía 38 años. En diciembre de 2019, un senderista que paseaba por la zona montañosa de Ávila se encontró con un hueso, que le pareció humano. La Guardia Civil remitió la pieza, un fémur, a su laboratorio del Servicio de Criminalística. A principios de 2020, el análisis del ADNdio resultado: coincidían con los de la base de datos de personas desaparecidas, era un hueso de Juana Canal Luque. El informe fue enviado al juzgado, que determinó que la investigación debía seguir de mano del grupo de Desaparecidos de la Policía Nacional, que ya lo tiene en sus manos.

Fuentes del caso, sin embargo, precisan que va a ser complicado determinar la verdad. Porque lo único que se tiene es una parte del cuerpo, el mencionado fémur, al que no se le puede realizar una autopsia que determine la causa de la muerte. Eso sí, todo indica a que esta se produjo muy poco después de perderse la vista de la malograda mujer.

Volvamos al 22 de febrero de 2003. Juana llevaba ya un tiempo divorciada, su hijo mayor, Sergio, vivía con ella y su nueva pareja, Jesús; y el menor Óscar, con su ex en Valencia. Había conseguido un nuevo trabajo y se habían trasladado a vivir a la zona de La Elipa , en el distrito de Ciudad Lineal.

La noche de autos, Sergio la pasó en casa de su tío. Al regresar a su vivienda, la encontró vacía. Pero había una nota manuscrita de Jesús: «Tu madre y yo hemos tenido una fuerte discusión y ha salido corriendo. He salido en su busca, pero no la he encontrado», rezaba la escueta misiva. La mujer se había ido sin bolso, cartera, documentación ni teléfono móvil.

El joven avisó a sus tíos e interpusieron la correspondiente denuncia en la comisaría del distrito: mujer de rizos rubios, nacida en 1965, ojos azules, complexión muy delgada, 48 kilos y 1,60 de altura.

Es verdad que Juana tenía un pasado un poco complicado, con problemas con el alcohol y depresión. Pero su familia receló siempre de que se tratara de una fuga voluntaria. Juana estaba muy apegada a sus hijos, tenía superados todos los conflictos personales y extrañaba muchísimo que todo ocurriera precisamente la noche que justamente Sergio no dormía en casa.

Los ojos se volvieron rápidamente hacia Jesús. La pareja de la víctima colaboró muy poco en la investigación y se lavó las manos en el asunto. La Policía Nacional , conforme avanzaba la investigación, estaba más convencida de que una de las principales hipótesis era un caso de violencia de género ; pero no se consiguieron pruebas suficientes para encausarle.

Se dieron avisos, a través de distintas fuentes, de que se la había visto en un bar del barrio del Pilar, de intercambio de parejas, que se dijo que frecuentaba. Pero no se llegó a ningún punto.

También se investigó su posible presencia en las localidades costeras de Calella (Barcelona) y en Torrevieja (Alicante), lo que hizo que interviniera la Guardia Civil en el caso. Sin resultados en ninguno de los supuestos. Paralelamente, no se descartaba una desaparición voluntaria.

Paralelamente, los familiares llenaron Madrid y alrededores con las fotos de la mujer. Se movieron continuamente durante años, recurriendo a medios de comunicación, tratando que el caso no cayera en el olvido... Hasta ahora.

En este momento, los investigadores deben decidir cómo seguir adelante con el caso. No ha trascendido si hubo, en 2003, visionado de cámaras, geolocalización de teléfonos o entrevistas a terceras personas ajenas a su entorno sentimental y familiar. Una de las cuestiones será determinar si volverán a interrogar a Jesús, el que en esos momentos era su pareja.

El Centro Nacional de Desaparecidos , del Ministerio del Interior, señala que desde 2009 hasta 2021 perteneciente al Ministerio existen 5.411 casos en activo. Así lo refleja en su último informe anual. En el año 2021 se interpusieron 22.285 denuncias; es decir, 61 personas cada día en España.

El 90 por ciento de los casos se resolvieron a lo largo del propio 2021 y el 83 por ciento de ellas durante los quince primeros días, apunta el documento, como adelantó ABC. A 31 de diciembre permanecían activos 1.928 casos del total de denuncias presentadas en 2021, casi un 5% más que en 2020 y en 2019. En cuanto al perfil más habitual, un 66% corresponde a menores de edad.