El fantasma de la Casa de las Siete Chimeneas, la amante de Felipe II que acabó emparedada

Remontemos a sus orígenes, 1574 según se lee en una inscripción, aunque se cree que es algo anterior. Se cree que el arquitecto fue Juan de Herrera aunque hay quien defienda que fueron Juan Bautista de Toledo y Antonio Sillero y fue ampliada por Herrera. «Existen distintas leyendas», comienza por resaltar a ABC Concha de la Torre , guía oficial de Turismo de la Comunidad de Madrid. Una de las rutas que realiza con los turistas es la del Madrid macabro , que acaba frente a este edificio. «La leyenda que yo cuento es la que habla que fue Felipe II quien mandó construir la casa para su amante Elena Osorio aunque también se dice que fue una amiga o una hija bastarda», apunta la guía. Al entonces Príncipe de Asturias le llegó el momento de reinar y sus consejeros le indicaron que debía buscar a una mujer para casar, que sería María Manuela de Portugal. «Fue entonces cuando Felipe II manda construir esta casa y le busca un marido, el capitán Zapata . El rey fue padrino de boda y le regaló las 13 arras de oro con la efigie del monarca», relata Concha de la Torre. Las siete chimeneas se cree que «representan los siete pecados capitales que Felipe II tantas veces quebrantó».

Tras contraer matrimonio el capitán Zapata marcha a la guerra de Flandes aunque en el camino participa en la batalla inesperada de San Quintín el 10 de agosto de 1557, el día de la festividad de San Lorenzo, del que era tan devoto Felipe II. «El capitán Zapata muere y su mujer se encierra en sus aposentos. Un día, cuando su padre la visita, la encuentra muerta. Avisa a los criados y al volver al cuarto el cuerpo había desaparecido», explica la guía. Durante varios días el padre y los criados buscaron sin éxito el cuerpo de la joven hasta que ocurre otra desgracia. «Se produce otra inesperada muerte, la del padre de Elena, y también desaparece su cuerpo», añade. Otra de las leyendas indica que los criados acusan al padre de Elena de matara su propia hija y que después aparece ahorcado con una cuerda.

Años después de las muertes, comenzó a correr la voz de que un fantasma se paseaba por las chimeneas , era el cuerpo de una señora con trajes vaporosos que se santiguaba mirando hacia el Palacio Real, donde estaba el antiguo Alcázar, hasta que su cuerpo se evaporaba.

En años y siglos posteriores la Casa de las Siete Chimeneas tuvo diferentes dueños y ocupantes. En el siglo XVIII fue ocupada por el marqués de Esquilache , ministro de Carlos III. Prohibió a la ciudadanía llevar capa larga y sombrero de ala ancha, motivo por el cual se produjo un saqueo de la casa por parte de los exaltados.  Por entonces se produjo una de las ampliaciones de la casa.

En 1881 la casa se restaura y acondiciona para sede del Banco de Castill a. Durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, la casa fue sede del Lyceum Club Femenino , una asociación cultural feminista destinada a defender la igualdad femenina. El Club desarrolló una intensa actividad durante diez años hasta el inicio de la guerra. En 1948 el edificio fue declarado Monumento Histórico Artístico y su última reforma la llevaron a cabo Chueca Goitia y José Antonio Domínguez Salazar en 1957. En 1995 es declarada Bien de Interés Cultural.

La leyenda del fantasma se había quedado en el recuerdo de los madrileños pero muchos años después se produjeron hechos históricos que volvieron a revivirla. «Los compradores del edificio por parte del Banco de Castilla a finales del siglo XIX realizan obras para adecuar el edificio y l os albañiles encuentran el cadáver perteneciente a una mujer con monedas de la época de Felipe II », explica la guía. Pero no sería la única vez que ocurrió tan sorprendente acontecimiento ya que cuando la casa se vende al ministerio de Cultura, y se acometen otras obras, « aparece un segundo cadáver , esta vez de un hombre». Cuerpos que según la leyenda correspondería a los cadáveres de Elena Osorio y su padre.

Así de misterioso es este edificio que hoy funciona como parte de la sede del ministerio de Cultura y allí se celebran muchas reuniones sin olvidar que en este edificio es donde tiene lugar la toma de posesión de secretarios de Estado y otros cargos de dicho ministerio. Está conectado con el otro inmueble y una única puerta los separa. A su paso, es como entrar a otra época, remontarse unos siglos atrás. El mobiliario es clásico, techos altos y puertas de madera trabajadas. 

Los que allí trabajan algo han oído hablar de la leyenda pero a quien realmente parece fascinar estas historias es a los muchos turistas, nacionales y extranjeros, que recorren el Madrid antiguo descubriendo lo que no cuentan los libros.