La familia de Cirilo Martín niega que fuera franquista y pide mantener la glorieta de Aravaca a su nombre

En este sentido, han afirmado que Domínguez «se había entregado en el Estadio de Chamartín» tras la victoria del bando franquista al tener «tres causas abiertas con la justicia»: «por extorsión y robo de trabajadores de una fábrica, por pertenecer a la Checa, y por ser el máximo responsable de las muertes que se produjeron a finales de octubre y principios de noviembre de 1936 en la tapia del cementerio».

Según la documentación con la que cuenta la familia, Martín fue llamado a declarar en un juicio contra Domínguez, a quien acusó de ser «rojo, sagaz, peligroso y cobarde» , esto último porque «mandaba matar a los demás y no lo hacía él mismo», explicaba a sus descendientes. Sin embargo, se trata de una declaración de un expediente en el que «hay muchas declaraciones de gente a favor y gente en contra», como el del «jefe de la Guardia Civil de El Pardo» , y el propio Martín testificó en juicios a favor de personas acusadas de «rojas» por el Régimen.

La plaza de Cirilo Martín Martín, del distrito de Moncloa-Aravaca, fue denominada así mediante el Acuerdo de 17 de julio de 2014 de la Junta de Gobierno de Madrid, con los votos a favor del PP y en contra toda la oposición. Posteriormente, descendientes de Domínguez acudieron al círculo de Podemos a reclamar que Martín había mandado ajusticiar a este alcalde republicano, una propuesta que se envió también al programa participativo de Ahora Madrid previo a las elecciones municipales de 2015.

Así, aunque el programa electoral definitivo de la formación no recogía el cambio de nombre de la glorieta, el Grupo Municipal de Ahora Madrid llevará al próximo Pleno del distrito esta medida, sugiriendo que se imponga el nombre de Lucrecia Pérez, dominicana víctima de xenofobia que fue asesinada en 1992. La familia de Martín tomará la palabra para defender su postura.

En este punto, los descendientes de Martín han señalado que «una prima de Lucrecia es la mujer de un nieto de Cirilo Martín», por lo que la familia afincada en Aravaca desde el inicio del siglo XIX «estaría encantada con el reconocimiento» a la mujer dominicana. Sugieren, sin embargo, que el nombre de Lucrecia se se sustituya por el de la calle Osa Mayor, donde hay un monumento en recuerdo a la mujer dominicana, o el de la Plaza de la Corona Boreal, que cuenta con una placa en recuerdo al asesinato.

Recuerdan, finalmente, que otras calles del distrito sí cuentan con nombres claramente vinculados a la dictadura franquista, como la Avenida de la Victoria o la calle José Lombana Iglesias, alcalde de Aravaca en 1944 y jefe de Falange.

Cirilo Martín fue alcalde electo de Aravaca por 160 votos en las elecciones de 1931, cuatro votos por encima del segundo, y 89 sufragios más que Domínguez Riaza, que quedó en novena posición en los comicios. Gobernó el municipio hasta el año 1935, y fue «alcalde provisional unos meses» en 1939, después de que la Guerra Civil dejara en ruinas la localidad.

Así, los descendientes defienden que Martín «hizo méritos para tener una calle» porque, junto a su Corporación durante la posguerra, tomó medidas como «restablecer el agua potable, construir fuentes, restablecer las líneas de teléfono, repartir dinero entre necesitados, hacer los edificios del colegio –actualmente la Junta auxiliar de distrito– o lograr que regresara el médico», entre otras medidas. Sus familiares aseguran que Cirilo Martín era «simpatizante del Partido Republicano Radical que presidía Alejandro Lerroux», y que «nunca cobró del Régimen» ni «hizo exaltación del Régimen».

Afirman además que Martín «fue perseguido durante la Guerra Civil», ya que el Comité de Salud Pública prohibió que la Virgen del Buen Camino saliera en procesión, a lo que Martín hizo caso omiso, por lo que su familia tuvo que huir al Monte del Pardo durante el conflicto bélico. Dos de sus hijos regresaron por entonces a su antigua casa en Aravaca, y fueron aprehendidos y fusilados , aunque uno de ellos logró sobrevivir malherido haciéndose el muerto. El otro, de 17 años, falleció en la misma tapia de la Ermita.

«Estaba tan dolido con la muerte de su hijo que no se casó ni con unos ni con los otros», aseveran sus descendientes, que alegan que Martín «no sería tan del Régimen cuando, en el primer reparto de casas de la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones, no le tocó ninguna, y tuvo que reclamarlo por dos veces».

Por ello, han lamentado que Ahora Madrid solicite el cambio de nombre «porque le viene bien» de cara a sus electores, y han lamentado la «campaña» en redes sociales en contra de su antecesor. Denuncian, además, que las placas de denominación de la plaza hayan sido arrancadas en dos ocasiones, y pintadas con spray una tercera vez para tapar el nombre de Cirilo Martín.