La falta de control en Barajas persiste en la segunda ola: así es la comparación con aeropuertos de Europa

Los contrastes son evidentes. Cualquier viajero que llegue a la capital u otra ciudad española no tiene más que informar sobre su estancia en la región, detallar si ha pasado la enfermedad y someterse a un control visual y de temperatura . Pese a las innumerables reclamaciones desde el Gobierno de Díaz Ayuso, no existe aún la exigencia de PCR o someterse a un test.

Roma, cuya media de importados está en torno al 20% de los diagnosticados (11.605 positivos en la región del Lazio), representa el otro extremo a Madrid. En Fiumicino y el resto de aeropuertos italianos , el protocolo de seguridad ordena a que todas las personas que entren en el país y que en los 14 días anteriores hayan permanecido o transitado en España, Bélgica, Gran Bretaña, Francia, Holanda y República Checa deben cumplir ciertas medidas. Por un lado, la obligación de presentar el certificado de haber sido sometido en las 72 horas previas al ingreso a una prueba molecular o antigénica, realizada mediante test con resultado negativo. Además, han de pasar otra, de tipo molecular o de antígenos con test al llegar al aeropuerto. Los asintomáticos tienen que comunicar de inmediato su ingreso al Departamento de Prevención de la autoridad sanitaria local. La prueba es gratuita, informa Ángel Gómez Fuentes .

El volumen de contagiados importados no tiene nada que ver con los de la Comunidad de Madrid, que ni siquiera llegan al 0,5%. Fuentes de la consejería madrileña de Sanidad sostienen que del total de los 154 positivos contabilizados, menos de una decena se diagnosticaron en Barajas . Según los informes epidemiológicos del área, el mes más complicado desde mayo fue julio, con 84 casos, mientras que el país más conflictivo fue República Dominicana, con 22 en el mismo periodo. Desde ese mes, los enfermos son 4 más, 159. Los controles, no obstante, tampoco existen en estaciones de tren con trayectos de alta velocidad, como Atocha o Chamartín, o de autobuses.

Si bien París o Berlín no publican los positivos foráneos, sus protocolos también son antagónicos a Barajas. En Francia , los viajeros de países miembros de la UE y una veintena de Estados pueden entrar y salir libremente, pero para un segundo grupo, comenzando por los EE.UU. e incluyendo a otra treintena, solo se puede embarcar en un aeropuerto con vuelos con destino a Francia si se ha realizado antes un test con resultado negativo. Para un tercer grupo, comenzando por Brasil y otra veintena larga, los viajeros deberán presentar un test a su llegada o realizar, inmediatamente, un test negativo.

Para los países no europeos y que no estén incluidos en las dos primeras relaciones, los viajeros son invitados a realizar un test o respetar una cuarentena de siete días, residiendo temporalmente «en una estructura de albergue debidamente adaptada», informa J. P. Quiñonero.

Otro de los reproches al Gobierno de Pedro Sánchez es que no ha sabido adaptar los controles a las circunstancias en la expansión del virus, habida cuenta de que la situación ahora es más problemática que meses atrás. Quien sí lo hizo fue Alemania, que registró un pico de infecciones importadas del extranjero en agosto, coincidiendo con el final de las vacaciones escolares de verano (en Berlín el colegio empezó el 10 de agosto). Durante varias semanas, hasta uno de cada dos nuevos casos eran detectados en viajeros que procedían mayoritariamente de Croacia, Kosovo, Bosnia Herzegovina, Turquía y Bulgaria.

Estos casos eran descubiertos en los test gratuitos que se realizaban a los recién llegados en aeropuertos y estaciones de tren, además de en varias carpas que gestionaban el Ejército y la Cruz Roja. Los resultados de los test estaban listos en 48 horas , pero a partir del 15 de septiembre, ya terminada la campaña de vacaciones y con el curso escolar a toda máquina, el Ejecutivo alemán ha desplazado la capacidad de test desde los recién llegados al sistema educativo, de manera que ya no hay esos test gratuitos.

Ahora, si el viajero procede de zona de riesgo, como es España, completa al llegar un documento con sus datos de contacto y está obligado a guardar una cuarentena que supervisa el centro de salud de su distrito. El quinto día de cuarentena puede solicitar un test y, si el resultado es negativo, acortarla, informa Rosalía Sánchez .

En Reino Unido tampoco se han implantado los test –ahora en estudio–, pero sí las cuarentenas. Según confirmaron a ABC fuentes de Public Health England, el organismo gubernamental que define las políticas de salud pública, no hay cifras oficiales de casos importados en Londres. «Pese a tener las fronteras abiertas los casos importados suponen una proporción reducida del total de casos confirmados en el Reino Unido», explica un portavoz, en consonancia con el argumentario del Ministerio de Sanidad en España. El único protocolo que se aplica a quienes llegan desde el extranjero (vía aérea, marítima o terrestre) es la cuarentena obligatoria de 14 días para los viajeros que procedan desde alguno de los destinos incluidos en la lista de países de riesgo, entre ellos España. También deben rellenar un formulario de localización 48 horas antes del viaje, en el que se incluye el país de procedencia, los datos de contacto y la dirección donde se realizará la cuarentena, informa Ivannia Salazar.

En Lisboa, con un 3% de contagiados procedentes del extranjero, si el viajero es de fuera de la UE debe acreditar el certificado de salud y, si no, asumirá el coste del test que se le practicaría en las propias dependencias. Hasta la fecha, el aeródromo de la capital portuguesa ha registrado 2.200 incidencias en ese sentido, informa Francisco Chacón.