«Estoy de médicos y a base de ansiolíticos»

POR M. I. SERRANO

MADRID. Francisco Cánovas, 68 años, es uno de los cinco vecinos de Ciudad Santo Domingo a los que el Tribunal Supremo dio la razón en el pleito de los ruidos de Barajas. Hoy, jubilado de banca, no siente ni frío ni ... calor por ser «uno de los cinco magníficos». «Conseguimos una sentencia favorable. Que cese la causa del ruido, decía el Alto Tribunal. Nada. El Ministerio de Fomento, ni caso. Parecemos un país bananero. Pero, mientras tanto, voy a consulta de Salud Mental y a base de ansiolíticos», nos dice.

Cánovas vive desde hace 23 años en Ciudad Santo Domingo. «Hace diez que empezó el calvario. Reconozco que aguanto mal el ruido. Tengo dobles ventanas pero no puedo salir al exterior. Hubo un momento que no resistía más los estados permanentes de ansiedad. Es más, aunque no estuviera aquí, mi mente siempre estaba esperando escuchar el ruido de los aviones. Horrible».

Otro vecino de esta urbanización, Francisco de la Peña, cuenta prácticamente lo mismo que Cánovas. «Este gobierno, el de Zapatero, no sabe de derechos humanos, sino de «torcidos» humanos. Te vilipendia. He pensado cambiar de vivienda, pero es complicado. Creo que la enmienda socialista en el Senado es un atropello. Con sentido común, no se plantea este retroceso que, además, tiene carácter retroactivo. ¡Que oigan cómo tiemblan los cristales».

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