Drogados, hacinados y forzados a prostituirse 24 horas: así vivían los transexuales liberados por la Policía

Además de los servicios sexuales, en el inmueble se ofrecían drogas a los clientes y también a las propias víctimas . El objetivo era aumentar su dependencia a las sustancias estupefacientes y mantenerlas activas más tiempo para que pudieran soportar las duras jornadas a las que eran sometidas. Cuando no estaban con los clientes, las víctimas permanecían encerradas en cuartos minúsculos , con menos de cuatro metros cuadrados, donde se instalaban literas de hasta cuatro personas.

Estaban siempre bajo vigilancia. Los armarios y las neveras del domicilio permanecían cerrados con candados . Sólo los encargados del piso y la cocinera tenían en su poder las llaves. Cada vez que querían tomar cualquier alimento, bebida o artículo de higiene tenían que pedírselo a sus explotadores, quienes les cobraban por cada producto precios muy superiores a los del mercado. También tenían que pagar cantidades desorbitadas por comer a diario.

La investigación comenzó cuando la Policía dio con la web donde se anunciaban. Gracias a los datos aportados por la colaboración ciudadana, los agentes obtuvieron indicios suficientes sobre la actividad ilegal que se desarrollaba en el piso. Tras rastrear los anuncios, varios perfiles en redes sociales, la Policía detectó que también un menor de edad podría ser víctima de la explotación. Una vez localizada la vivienda, los agentes constataron los hechos y los pusieron en conocimiento del juez. Durante el registro se intervinieron dinero en metálico, varias sustancias estupefacientes y efectos personales del menor.

Solo en los ocho primeros meses del año, la Policía ha detenido a 850 personas y ha liberado a 300 víctimas en el marco de 450 investigaciones. La Policía nacional mantiene activas la línea telefónica 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana, anónima y confidencial, de este tipo de delitos.