Doble crimen de El Álamo: el asesino se escondía en un asentamiento ilegal de feriantes en Borox
Detienen al conductor que se llevó por delante a una pareja por una reyerta en una pedida
Peke y Jéssica, las dos víctimas, con uno de sus hijos
Siete meses y medio de arduo trabajo han dado sus frutos. El Grupo de Homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid ha echado el guante al presunto autor del conocido como doble crimen de El Álamo: el atropello, salvaje e intencionado, de una pareja joven que huía a la carrera por la carretera ... , a pie, de la reyerta en la que había desembocado una pedida de mano de unos familiares. Ocurrió el 26 de julio pasado, por causas banales en torno al volumen de la música durante la celebración entre los dos clanes.
Fallecieron Antonio Hag, al que apodaban ‘Peke’, y su mujer, Jéssica Portela, de 28 y 27 años , respectivamente. Eran vecinos de Vallecas y su presunto asesino fue apresado el viernes por la tarde en Borox (Toledo), una localidad a unos 37 kilómetros del lugar de los hechos, apenas a media hora en coche.
Según ha podido saber ABC, el sujeto era pariente de la otra familia. En el momento del suceso residía en un poblado de Navalcarnero, junto al río Guadarrama.
Sin embargo, fue arrestado en uno de los tres polígonos industriales de la población castellanomanchega. En concreto, en el de Jesús Menchero, más próximo a Aranjuez y a la A-4 que a Borox.
Precisamente desde el confinamiento, hace un año, alrededor de medio centenar de personas de distintos clanes, la mayoría feriantes, se asentaba de manera ilegal dentro de dos naves anexas propiedad de otro feriante. Tenían luz, agua y vivían en caravanas . Pero se marcharon ayer, después de la detención del presunto asesino, según confirmó a ABC la Policía local de Borox.
Las dos naves que ocupaban los clanes en Borox hasta ayer, tras la detención del sospechoso
Más detenciones
El fugado fue localizado dentro de un vehículo por los agentes con el debido refuerzo policial. Fuentes del caso indicaron que iba con dos personas más y que se produjeron algunos registros. Ayer no se descartaban más detenciones. Hay indicios que apuntan a que en el coche del asesino circulaban más personas en el momento del doble asesinato, que pudo ser triple puesto que otra chica de 18 años que huía con los dos finados quedó malherida.
Las personas que vivían hasta ayer en el asentamiento de Borox son en su mayoría gitanos, cuyas dos generaciones anteriores provienen en muchos casos del Este de Europa. Se metieron allí al no tener actividad profesional a causa de las restricciones de la pandemia . Estaban ilegales dentro de dos naves que dan a la calle de los Pintores y a la avenida de los Oficios. No tenían licencia de ocupación y la ordenanzan municipal prohíbe esos asentamientos. La Policía local había informado además al Ayuntamiento y a los servicios sociales municipales de la presencia de menores sin escolarizar.
Sin embargo, anoche ya no encendieron la hoguera que habitualmente prendían de madrugada en el exterior del asentamiento.
El doble crimen de El Álamo se desató durante la pedida de mano de dos novios. Por un lado, acudieron los familiares de Vallecas (entre ellos, Peke y Jéssica), por parte de la novia; y el otro grupo, apodado ‘el de los feriantes’. Un detalle éste que no es baladí, si tenemos en cuenta dónde se escondía el supuesto autor material de los homicidios. Habían alquilado el bar Layso por 150 euros para hacer la fiesta, que empezó en torno a las siete de la tarde. Al principio, todo transcurría con normalidad: risas, baile, cante, música y mucha alegría. Cada familia puso un dinero, así como comida y bebida.
Sin embargo, todo se torció sobre las once de la noche por una tontería y cuando ya debían de llevar alguna copa de más. Unos se quejaron de lo alta que estaba la música y de que era ya hora de quitarla. Los otros se negaron. Empezó la bronca. El patriarca de ‘los feriantes’, Albino, dijo que no iba a permitir una pelea en el establecimiento, y los alborotadores salieron. En la fiesta había 60 personas. Aquello se tradujo en ladrillazos, patadas, puñetazos y amenazas de muerte. Inopinadamente, alguien de la familia de Puente de Vallecas arrancó el coche y se llevó por delante a diez personas; entre ellas, un niño de 10 años del 'clan de los feriantes' , al que ellos mismos trasladaron al hospital, con la pierna destrozada.
«¡Dame una valla, lo mato!»
La investigación apunta a que, viendo que aquello podría incluso terminar a tiros («¡dame una valla, que lo mato!», gritaban), Peke, Jéssica y la otra familiar, Lucía, de 18 años, pusieron pies en polvorosa. Caminaban por el arcén de la M-404 cuando, a la altura del kilómetro 6, un BMW de gran cilindrada se los llevó por delante y huyó . Ocurrió a solo 300 metros de la fiesta. Los dejó tirados en el arcén y no fue hasta el día después cuando otro conductor los encontró. Lucía había sobrevivido, pero tenía fracturas en ambas piernas y en el cráneo. Se salvó de milagro. Jéssica y Peke dejaron huérfanos a cuatro hijos, el mayor de 12 años.
Días después, la Guardia Civil encontró el BMW escondido dentro de un tráiler , con el frontal y la puerta del conductor rotos debido al terrible impacto. Tras aquello, ‘los feriantes’ desaparecieron y se han dispersado por distintos pueblos de Toledo. Algunos siguen acudiendo a El Álamo a comprar, tomar una cerveza o trabajar, puesto que uno de ellos tiene allí un taller. Pero en el polígono industrial de Borox ya no queda nadie.