Un mes de desvelos para ver a Justin Bieber

En el campamento Bieber todo está organizadísimo. Para no tener que pasar allí las 24 horas del día , las fans han hecho una lista y han establecido tres turnos para hacer guardia, mañana tarde y noche. «Las mañanas son lo más complicado de organizar, porque es cuando más cosas tiene que hacer la gente», cuenta Carolina, que ya ha hecho cola durante semanas en anteriores giras del cantante canadiense. «Por eso ahora hay menos ambiente, porque casi nadie puede hacer pellas... Pero ya verás cómo por la tarde se llena esto». Una de las que sí se ha saltado las clases desde hace un mes es la malagueña Natalia, que hace las veces de coordinadora. «Mis padres lo saben, claro, y me dieron permiso porque saben que es muy importante para mí», asegura.

La mayoría de las «beliebers» acampadas es de Madrid, así que pueden ir a casa a ducharse e incluso a pasar la noche («una en casa y otra en la cola», aclara Carolina), pero en los últimos días han ido llegando más fans desde multitud de puntos de la geografía española, que están preparadas para no moverse de allí hasta el miércoles. «Nosotras llegamos anteayer, y nos ha encantado el buen rollo que hay por aquí. Todo el mundo se ayuda», cuenta un grupo de extremeñas que va a vivir su primer concierto de Justin Bieber. «¿Que por qué venimos una semana antes? Porque queremos coger sitio en primera fila para intentar tocarle », gritan ilusionadas.

En el campamento Bieber confían en que el concierto será perfecto, pero también saben que su ídolo no está pasando por su mejor momento personal. Así que le han preparado una sorpresa. «Todas nos hemos impreso una pancarta con un tweet que escribió Justin, que dice «Somos una familia», y que sacaremos todas a la vez para que sienta nuestro apoyo», explica otra «belieber». Hasta que llegue ese momento, seguirán sufriendo bajo el frío y la lluvia (este fin de semana se espera, y fuerte), cantando sus canciones y soñando con un guiño, una sonrisa, quizá una caricia de su adorado Justin Bieber.