El deporte renace en Madrid en la era del Covid: miles de federados y listas de espera

Las actividades al aire libre viven su época dorada durante la pandemia, con las licencias de montañismo, golf o tenis multiplicadas y las instalaciones llenas a diario

Un joven escala en La Pedriza ISABEL PERMUY

La barrera que da paso a La Pedriza cierra poco después de las nueve de la mañana. No abrirá hasta la tarde. Es sábado, el sol calienta y ya no cabe un alfiler en el aparcamiento del batolito, al noroeste de la Comunidad de Madrid ... . «Desde la pandemia a la gente le ha dado por ir al campo», resume Javi, de 20 años, en medio de un paisaje rocoso a unos 5 kilómetros del acceso a La Pedriza. Los primeros paseos de la desescalada han mutado en escapadas al aire libre. Desde entonces, Javi y su hermano Álvaro, de 22 años, prefieren un emplazamiento alternativo para trepar por el granito. «Aquí, si quieres pasar la barrera tienes que salir de casa a las seis y media de la mañana», afirman. Ellos viven a 45 minutos de las rocas, en el municipio de Cobeña .

Los jóvenes hermanos Hernández Gutiérrez escalan desde hace años con su correspondiente licencia. Una tarjeta que se convirtió en un pase VIP cuando culminó el gran confinamiento: los deportistas federados podían y pueden saltarse las restricciones de movilidad para entrenar. La Federación Madrileña de Montañismo (que aglutina las disciplinas de senderismo, escalada, alpinismo, esquí...) ha expedido este año un 15 por ciento más de licencias que en 2020 y cuenta con 18.900 federados . «Se nota que en Madrid hay más masificación», asegura Javi. «Mis colegas que no han hecho deporte en su vida ahora salen al campo», apunta Álvaro. Su plan sabático, alejados del ajetreo de La Pedriza, es ver caminos en la piedra gris. La tiza blanca de otros escaladores marca algunas protuberancias. «¡Vamos bicho!», gritan sus amigos, mientras Javi se sostiene a casi tres metros del suelo, con las manos desnudas y los pies de gato. Las colchonetas al pie de la roca salvan los primeros intentos fallidos. Es fuerza, técnica y cabeza fría.

Unos jóvenes practican padel en el club Puerta de Hierro DE SAN BERNARDO

La pandemia persistente ha dado alas a las actividades amigas de las distancias y enemigas del Covid. No hace falta huir al monte ni esperar al fin de semana. Es martes, mediodía, y las instalaciones del Parque Deportivo Puerta de Hierro , junto a la M-30, están atestadas de deportistas. En los campos verdes y cuidados de golf, la mayoría son jubilados. «Sí, sí, se ha notado el ‘boom’...», asiente un profesor. Dos de sus alumnos sexagenarios, Paco y Hortensia, cogieron los palos hace años y ahora toman una clase semanal. «Viene muchísima gente, es un deporte para todas las edades, puedes salir al campo... En el RACE me han dicho que la gente que solía ir ya no puede, que tiene que reservar», dice Hortensia. Antes de empujar su carrito, se encoge de hombros: «Es lo único que se puede hacer».

Plazas agotadas

A las ocho de la mañana del pasado 22 de febrero, la escuela de la Federación de Golf de Madrid abrió el plazo de suscripción a sus cursos trimestrales con 3.298 plazas . «A las ocho ya había una cola de cien personas; a las diez ya estaba todo vendido. Cuando antes había un 85 por ciento de ocupación, ahora sí está disparado, sí hay listas de espera», aseveran desde la federación que imparte sus clases en el Parque Deportivo Puerta de Hierro. Durante los dos primeros meses de 2021 han expedido más de 2.000 licencias y el número de federados, un total de 84.000, ha crecido un 40 por ciento. La mitad tiene más de 50 años. «En el golf estamos a más del 110 por ciento, se están abriendo nuevos grupos», corrobora el director de las instalaciones públicas de Puerta de Hierro, Vicente Orden.

Decenas de carritos de golf asedian una terraza al sol. Teresa, jubilada y exfuncionaria; Amelia, prejubilada tras 31 años en IBM; María Jesús, organizadora de eventos; y una segunda Teresa, funcionaria, comparten mesa frente al ‘green’. Ríen al reconocer que solo la situación epidemiológica las reunió en los hoyos. «Me compré los palos en Navidades, que me los trajeron los Reyes, y el chico de la tienda me dijo que las ventas de palos se habían disparado», recuerda Teresa, que ha encontrado la forma de evadirse del teletrabajo. El grupo acostumbraba el club del Olivar de la Hinojosa , pero ahora «está imposible». «En Madrid, o eres socio, o es imposible. En Olivar llamabas el día antes y sin problemas, ahora tienes que avisar con una semana», zanjan.

El puente sobre un riachuelo por el que se accede a los más de 300.000 metros cuadrados del parque deportivo está partido por la mitad, el circuito de entrada y el de salida. El trasiego es constante. Una clase de 5º de Primaria del colegio público Felipe II disfruta de su primera excursión en un año. Conchi, maestra jubilada, golpea varias bolas en el puesto 17. «He esperado media hora a que estuviese uno libre. Hay muchísima gente», escenifica. El furor ha obligado al polideportivo a contratar a más profesores, hasta un total de 187, y habilitar una zona de aparcamiento solo para ellos.

Teresa y sus amigas practican golf en un club DE SAN BERNARDO

Las pistas de pádel, las explanadas y las terrazas están abarrotadas incluso en horario valle. Orden, al frente de las instalaciones desde hace cuatro años y medio, no cabe en sí de gozo. «Esto está a reventar de niños jugando, todas las mesas cogidas, todas las pistas cogidas... Cada vez que entro me emociono, es tremendo ver a tanta gente haciendo deporte», declara. Óscar, Javi, Miguel y otro Javi, los cuatro de 22 años, han pagado 2,72 euros por persona para ocupar durante dos horas una de las 21 pistas de pádel del recinto . Para Óscar y uno de los Javis es la primera vez que empuñan una pala. «Venimos aquí porque es uno de los más baratos. Entre semana son 5 euros y por la mañana sí hay sitio, pero por las tardes está lleno y los fines de semana juegan con la oferta y la demanda y cuesta 30», explica el Javi ‘experto’. Antes de que el patógeno trastocara las rutinas, apenas el 9 por ciento de las pistas de pádel de Puerta de Hierro estaban reservadas en horario valle. «Ahora las tenemos ocupadas en un 97 por ciento por la mañana . De 21 pistas están cogidas 20 pistas normalmente», se congratula Orden.

Sin excepciones

El ‘boom’ no hace distinciones. «Las escuelas de todos los clubs están llenas», informan en la Federación de Tenis de Madrid , que dispone de más de cien centros y cerca de 18.000 federados . En la treintena de rocódromos madrileños escalan centenares de personas cada día y los ciclistas copan las carreteras. «Llevamos una temporada muy ajetreada», trasladan desde la Federación Hípica de Madrid, que el año pasado creció en 2.898 licencias . La tendencia que arrancó con la desescalada ya está arraigada. La incógnita es si la curva se mantendrá cuando todo acabe.

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