Ben David, el pedófilo que limpió sus huellas para trabajar como profesor en Madrid, condenado a 138 años

La Policía le dio caza tras cinco años trabajando como 'au pair' y profesor en Zaragoza y Madrid y, ahora, la Audiencia Provincial lo condena a 138 años de prisión. Los jueces lo consideran responsable de ocho delitos de pornografía infantil , un delito contra la integridad moral, 32 delitos de descubrimiento y revelación de secreto y un delito continuado de falsificación de documento oficial. Al término del cumplimiento de la pena, los jueces le han impuesto la medida de libertad vigilada durante ocho años , tiempo en el que deberá participar en programas de educación sexual. Además, tendrá que indemnizar a los padres de las menores víctimas de sus delitos con cantidades que oscilan entre los 6.000 y los 3.000 euros.

Durante el juicio, celebrado a puerta cerrada por la intimidad que requería, los magistrados han considerado probado que Ben David, desde mediados de 2016 hasta 2018, se aprovechó de su trabajo como 'au pair' y profesor de inglés de los menores de dos familias (primero en Zaragoza y luego en Madrid) para satisfacer sus deseos sexuales. El ahora condenado fotografiaba desnudas a las menores a su cargo y a sus amigas «con evidente desprecio a su integridad» y distribuyó las imágenes y grabaciones.

En el material incautado, tras una alerta del Servicio de Policía de Queensland (Australia), se incluyen instatáneas de sus órganos sexuales aproximándose a los menores, sin llegar a tocarlos, mientras ellos están entretenidos con videojuegos . «En ningún caso –tal y como consta en la sentencia– ha quedado demostrado que el condenado haya abusado sexualmente de los menores ».

Tras residir con estas dos familias, fue contratado hasta 2019 como profesor en un colegio de Madrid, donde también aprovechando que se encontraba solo en clase con los alumnos menores de edad, grabó vídeos y tomó fotografías de las víctimas enfocando la ropa íntima y, en otras ocasiones, poniendo la cámara por debajo de la falda.

En la sentencia, los magistrados concluyen que «del resultado de los vídeos y las grabaciones, en los tres ámbitos donde se realizaron (los dos domicilios y el colegio) cabe inferir sin especial dificultad que Ben David se valió de instrumentos electrónicos tanto para la grabación o las fotografías, como para su almacenamiento». Además, la realización de las capturas se hizo distrayendo a los menores, de manera inadvertida y prevaliéndose de la situación que ostentaba como profesor y cuidador. También ha quedado probado que, con ánimo de faltar a la verdad, David presentó documentación falsa para poder trabajar como profesor nativo de inglés en el centro educativo.