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Cuarenta años del Sol: la fábrica de sueños que nació en «la Movida» madrileña

La mítica sala de conciertos cumple cuatro décadas como referente musical

La banda Kitai batió un récord al tocar 24 horas seguidas
Nacho Serrano

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En 1979, el arquitecto y empresario Antonio Gastón abrió lo que en principio se concebía solo como una sala de fiestas, pero que no tardó en convertirse en un punto de encuentro para representantes de la cultura que cambió para siempre la noche madrileña y la historia de la música en España. En muy poco tiempo, la sala El Sol (Jardines, 3) se convirtió en un referente del circuito de conciertos internacional, y su escenario sería uno de los más deseados por grupos y artistas de todos los géneros imaginables.

En sus primeros años las estrellas de «la Movida » fueron sus huéspedes habituales. Es el caso de Radio Futura, Mamá, La Unión, Alaska y los Pegamoides, Aviador Dro, Las Chinas, Javier Gurruchaga y la Orquesta Mondragón, Los Secretos o Seguridad Social, y más tarde el abanico se fue abriendo a nuevas generaciones de músicos como Pereza, El Canto del Loco, Amaral, Astrud, Julieta Venegas, SDFK, Quique González o Nacho Vegas. No han sido pocas las figuras internaciones de renombre que han pisado sus tablas. Alannis Morissette, Alabama Shakes, Moby, Josh Rouse, Joe Bataan, The Strokes o The Corrs tocaron delante de su mítico telón rojo, que ha sido testigo de casi diez mil conciertos.

Hace un par de años cambió de dueños, pero la esencia se mantuvo intacta. «Cuando se planteó el cambio en la gestión y entramos en la dirección de la sala, para las personas que le habían llevado hasta ese punto histórico era fundamental dejarla en buenas manos», explica Miguel Calvete, socio director de El Sol junto a David Novaes, quien reafirma el compromiso del actual equipo «para mantener y cuidar el legado recibido, fiel al espíritu abierto e inquieto, del fundador Antonio Gastón, y en proyectarlo y ampliarlo hacia el futuro».

Patrimonio Cultural

Cuarenta años después de su nacimiento, con el distintivo de Patrimonio Cultural de Madrid entre sus muchos reconocimientos, El Sol abre sus puertas a todo el público que quiera conocer de cerca la historia de la sala en una serie de encuentros de celebración, que también contará con una programación especial de conciertos y exposiciones. En el primero de estos encuentros, celebrado el pasado martes, se dieron cita algunas de las personalidades más vinculadas a El Sol a lo largo de estas últimas cuatro décadas, para recordar los momentos que convirtieron a la sala en uno de los principales agentes de dinamización cultural de la capital.

«Los artistas son los portadores de la antorcha, todos le debemos muchísimo», dice Fernando Pardo

En 2017 entraron nuevos dueños, pero mantuvieron el «espíritu inquieto» de la sala

«El Sol era para mí, y sigue siendo, la mejor sala que he visto en mi vida», aseguró el veterano locutor y periodista musical Jesús Ordovás, que estuvo acompañado por Fernando Calvo (jefe de puerta de El Sol), Víctor Coyote (diseñador y músico) o Fernando Pardo, guitarrista de Sex Museum que describe la sala como «uno de los templos fundamentales para los músicos de rock y de todos los estilos, con el tamaño perfecto y la acústica perfecta. Son los portadores de la antorcha. Todos los músicos le debemos muchísimo». Aunque sus palabras estén guiadas por el puro amor a El Sol, Pardo no exagera lo más mínimo . Prueba de ello es que en 2004, la primera vez que se celebraba un aniversario (el 25º), Antonio Vega acudió a su llamada y dio un concierto de casi tres horas que dejó llorando a los asistentes.

Al primer encuentro de celebración de este 40 aniversario también acudieron otros viejos conocidos de la sala, como el fotógrafo Miguel Trillo, la artista Kikí d’Akí o el músico Nacho Gª Vega, además de un buen número de los socios fundadores, alguno de los cuales acudió incluso con el carné original que permitía el acceso a la sala allá por 1979.

Una de las intervenciones más emocionantes fue la de Marcela San Martín, querida y añorada programadora de la sala, que acaba de ceder el testigo. « El Sol ha sido un espacio creador de cultura , agitador de mentes, que espero que continúe por 40 o 50 años más», dijo antes de recordar a las casi 150 personas que han trabajado en la sala en las últimas dos décadas, y de subrayar el papel de «segunda casa» que El Sol ha significado para creadores y melómanos. Y es que en Madrid, no ha habido mejor catalizador para su comunión durante todos estos años.

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