Condenan a 15 años al jefe de una banda de sicarios que actuaba en Madrid

La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid condena a Dávalos a 9 años de prisión por un delito de tráfico de drogas , 3 más por asociación ilícita y otros 3 por detención ilegal en grado de tentativa. No obstante, le absuelve del delito de asesinato del que le acusaba la Fiscalía al entender que «no ha quedado acreditada» su participación en la elaboración del plan y la ejecución del asesinato de José Fernando D.S en septiembre de 2007 en Ciempozuelos por una deuda de drogas.

El pasado mes de mayo Leonardo Dávalos Jiménez , alias «Pampo» fue juzgado por el asesinato de Fernando D.S., cuyo cadáver apareció descuartizado y rociado con ácido , y fue hallado gracias a un fotógrafo aficionado que vio «dos piernas saliendo de la tierra» e informó a la Policía, según recordó en la vista.

«Pampo», para quién el fiscal pedía 36 años de cárcel , no fue juzgado en mayo de 2011 junto a otros trece integrantes de esta banda en España porque en ese momento estaba detenido en Colombia, país que autorizó luego su extradición.

Sí considera acreditado que el procesado ordenó privar de libertad en 2007 a Héctor Fabio H.M para cobrar una deuda de 10.000 euros por un asunto de drogas, aunque finalmente el secuestrado y su pareja sentimental pudieron escapar con ayuda de la Policía Local de Collado Villalba (Madrid).

Por este hecho, le condena a tres años de cárcel como autor de un delito de detención ilegal en grado de tentativa. También le impone otros tres años de prisión por asociación ilícita al considerar que era e l jefe de dicha banda de sicarios colombianos que había constituido una «oficina de cobros» o de «extorsión» integrada en su mayoría por colombianos, a quienes daba las órdenes desde Colombia.

Por último, le impone 9 años de cárcel por un delito contra la salud pública «en cantidad de notoria importancia, compartiendo el criterio de la Fiscalía de que fue Pampo» quien dio la orden de transportar 15 kilos de cocaína y 135.000 euros pagados como una deuda de drogas por una persona de Barcelona apodada «el abuelo».