La Comunidad de Madrid ha crecido en 30 años tanto como la capital en un siglo

Históricamente, la ciudad de Madrid representaba el grueso de la población de la comunidad, constituida como territorio autónomo en 1983. A mediados del siglo XX, según cifras del Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid, la capital constituía casi el 87% del total (2.177.123 frente a 333.094). Mientras que el municipio ya había alcanzado el millón de habitantes en 1930, en el resto de la región apenas se alcanzaban los 300.000; en 1970, la capital había superado los tres millones y en el resto de la provincia aún estaban lejos de su primer millón. La fecha, sin embargo, supone un punto de inflexión y en los años siguientes se inicia una tendencia que todavía hoy se mantiene. Solo cinco años después, en 1975, Madrid sufre el primer descenso demográfico del siglo y, entrados en los 80, la Comunidad suma un millón y medio de habitantes. En parte porque recoge parte de su población.

Resulta llamativo que en los cuarenta años siguientes la población de la capital apenas ha variado y la de la región, si excluimos a la ciudad, no ha hecho más que crecer , hasta igualarse en 2015. Existen varios factores que arrojan algo de luz sobre este comportamiento. Según explica Mariano Escolano, jefe del Departamento de Estadística del Ayuntamiento de Madrid en los años 80, «la población de Madrid no crece y es algo extraño; y para entenderlo hay que analizar los desarrollos urbanísticos pero sobre todo indicadores demográficos como son el crecimiento vegetativo y los movimientos migratorios».

Los años de mayor crecimiento en la Comunidad, a partir de 2000, coinciden con la entrada masiva de inmigrantes , especialmente de Suramérica, norte de África y Europa del Este . Dado que esta población se asienta fundamentalmente en los municipios periféricos de la capital, por cuestiones económicas, el crecimiento es mucho mayor en esta zona, duplicando incluso el número de extranjeros. Esto conlleva un crecimiento de la natalidad que es más evidente en la Comunidad. Si atendemos al crecimiento vegetativo, en Madrid ciudad llega a ser negativo en los años previos a esta explosión demográfica. La explicación remite al envejecimiento de la población en la ciudad, que según datos del INE es cuatro años mayor que la de la Comunidad.

Ambas son dos variables incuestionables en este caso, pero también hay que considerar los desarrollos urbanísticos en la periferia , los procesos de industrialización desde la década de los 60, la mejora en las conexiones de transporte y la diferencia del precio de la vivienda entre el municipio de Madrid y los colindantes.

Un estudio del Ayuntamiento de Madrid sobre el proceso de metropolización de la Comunidad focaliza este fenómeno en el desarrollismo que generó la industrialización y las denominadas como «ciudades dormitorio» en municipios como Getafe, Leganés, Alcorcón, Torrejón de Ardoz, Coslada o Alcalá de Henares . Así, la zona sur de la región concentró estas concentraciones masivas, que provenían especialmente de provincias colindantes.

De hecho, según datos de la Comunidad de Madrid, esta zona representa el 20% de la población total (1.297.089 habitantes) en la actualidad, un porcentaje que se ha mantenido más o menos constante desde 1986, cuando era el 18,64%. No obstante, esta expansión se reconoce también en la zona este, a través del Corredor del Henares, que supone un 10,11% del total, según la misma fuente.

Con la capital en su máximo de población, este flujo masivo se asienta en la periferia y, a la vez, provoca una reacción en cadena. El mismo escrito destaca que este desarrollo implica una mejora considerable en la red de transportes de toda la provincia , lo que genera la construcción de complejos residenciales y centros comerciales en todo el cinturón metropolitano.

La aparición de una clase media mayoritaria afianza este crecimiento y, además, extiende este comportamiento al noroeste de la Comunidad. Parte de la población de localidades como Majadahonda, Las Rozas o Pozuelo de Alarcón , con un poder adquisitivo más alto, buscan complejos residenciales alejados del bullicio de la gran ciudad, con una mejora en la calidad de vida.

Y no sólo eso, la reconversión de viviendas y locales en oficinas en la capital provocó un éxodo masivo a todas estas áreas. Si añadimos la diferencia en el precio de la vivienda y en el nivel de vida entre la capital y el resto de municipios la ecuación queda sin interrogantes. Este comportamiento, además, guarda una coincidencia que tiene que ver con la población que Madrid ha recibido en diferentes épocas: la Comunidad creció entre 2001 y 2011 en un millón de personas, lo mismo que la capital entre 1959 y 1968.