Complutum, la joya romana de Madrid, abre en 2022 centro de interpretacion
El centro se abre en colaboración de los Gobiernos regional y de Alcalá, y con una inversión de 377.000 euros
Sara Medialdea
Todo el mundo en Alcalá de Henares sabe que antes que ella misma, existía ya allí una ciudad, en el más amplio sentido de la palabra: con sus edificios públicos y privados, sus calles y sus equipamientos. Se llamó Complutum y fue construida en ... plena Roma imperial , en época del emperador Augusto (siglo I a.C.). Pasó el tiempo primero, llegó el descuido después, y por fin un renacido interés y respeto por el patrimonio están permitiendo desentrañar sus misterios, entre los que se cuentan las que quizá sean las mejores pinturas murales romanas de España. El yacimiento sigue vivo para la investigación , y abierto al público, y además contará a partir de 2022 con un Centro de Interpretación sobre el mismo .
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El centro es fruto de la colaboración entre las administraciones regional y local: la Consejería de Cultura del Gobierno regional va a invertir 370.000 euros en construirlo, y el Ayuntamiento de Alcalá de Henares –que dirige Javier Rodríguez Palacios – ha facilitado el edificio que lo albergará, junto a Complutum. Así lo confirmaron durante una visita al emplazamiento la consejera de Cultura Marta Rivera de la Cruz y la concejal alcalaína de Patrimonio Histórico, Diana Díaz del Pozo , junto al director general de Juventud, Nikolai Yordanovy , y el primer teniente de alcalde de Alcalá, Alberto Blázquez.
«Desde el siglo XVI, ya venía gente de la Universidad a excavar», confirma Sebastián Rascón, jefe del servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Alcalá. La ciudad imperial, abandonada entre los siglos IV y V d.C., vio cómo gran parte de sus edificios fueron desmontados y sus materiales reutilizados en otras construcciones. En torno a 1970, se llegó incluso a levantar en el entorno –o directamente sobre partes de Complutum– bloques de viviendas. De manera que ahora, el yacimiento es absolutamente urbano, y rodeado de edificios, tiendas y carreteras.
Incluso apartamentos
Pero en su interior, al que llevan dedicándose con intensidad distintos grupos de arqueólogos desde los años 80, se han localizado restos de enorme valor: del foro, de la Basílica donde se impartía justicia, de las termas, manzanas enteras de viviendas –desde las de lujo a las reconvertidas en apartamentos en época romana–, y edificios particulares como esa Casa de los Grifos en la que se han localizado en espléndido estado las pinturas murales.
A partir de 1999, Complutum se hizo visitable, y cada año ha ido ganando en espacios que mostrar. Se comenzó con la Casa de Hippolytus, un colegio para jóvenes cuyo nombre proviene del creador del mosaico que la ha hecho famosa. Representa, tal vez con fines didácticos, varias especies marinas, desde doradas a pulpo, calamar, pez espada, morena, langosta, gamba, sepia, delfín y erizo de mar.
Aquí existieron también unos magníficos jardines de inspiración oriental, con exedras semicirculares y celosías, protegidas del sol por toldos de lona. Los arqueólogos han documentado también la existencia de un estanque, columnas y grandes vasijas de cerámica adornando el recinto.
La geofísica ha permitido avanzar y hacerse una idea de lo que hay bajo el suelo de Complutum, una gran ciudad en la que vivió el que posiblemente fuera primer médico de Madrid: se identifica su imagen en uno de los primeros mosaicos recuperados por los arqueólogos en la zona.
En superficie, visibles para todos, están los vestigios del antiguo foro, junto al cual aún perdura parte del muro donde, según la leyenda, fueron martirizados los niños Justo y Pastor, santos patrones de la ciudad.
La última parada es ahora la Casa de los Grifos, «excepcional por su magnífico estado de conservación», indica Sebastián Rascón , y considerada «una miniPompeya», en opinión del experto . Aunque un incendio la tiró abajo, ha sido posible recuperar las pinturas murales. E incluso descubrir restos de tres perros de la época imperial, atrapados bajo los escombros de la debacle.
La moneda de Nerón
Sobre su datación se tienen datos ciertos gracias a una moneda de oro de la época de Nerón, un áureo, que fue localizada donde alguien debió extraviarla hace unos 2.000 años: sobre el pavimento más antiguo de la calle, precisamente junto a la Casa de los Grifos.
Fuera, bajo unos toldos y ajenos al agosto abrasador, un grupo de chavales participan en los talleres ‘Arqueólogos por un día’: limpiaban con sus escobillas en torno a restos de cráneos , tejas o cerámicas mientras aprendían el valor de la paciencia y de la información que les proporcionaban los hallazgos. «Mucho mejor que un tesoro», aseguraba uno de estos aprendices de Tadeo Jones.
Para Diego, otro participante, los restos que cepilla una y otra vez «pueden ser de un bicho raro, o de un gato o perro». Saca el metro, mide y apunta en su cuaderno de trabajo, bajo la atenta mirada de los arqueólogos que supervisan su trabajo. Los fragmentos más pequeños los pasan por un cedazo y terminan pasando un examen más atento en el laboratorio. Y es que aunque Indiana Jones ha influido mucho en la imagen que se tiene del arqueólogo, como un aventurero a la caza de tesoros , aquí se les enseña algo mucho más pegado al suelo y a la realidad: «Se les explica que hay que trabajar despacio y respetar el estrato. Con paciencia y respeto al patrimonio».
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