Los colchones vuelven a la calle en plena segunda ola de Covid-19

Vecinos de Tetuán y Ciudad Lineal, entre otros distritos, alertan de la presencia de estos enseres abandonados

Un operario del servicio de limpieza recoge dos colchones en La Elipa, ayer FOTOS: JOSÉ RAMÓN LADRA

Al final de la avenida de la Institución Libre de Enseñanza, antes calle de los Hermanos García Noblejas (en el distrito de Ciudad Lineal), un colchón andrajoso «resiste» el paso de los días tirado entre dos contenedores. Su reducido tamaño le confiere cierta ... clandestinidad, al menos, a ojos de los vecinos de esta zona, acostumbrados a lidiar con una peculiar plaga que alcanzó su peor momento el pasado mes de mayo. Pese a que la situación actual, superado ya el primer tercio de noviembre, no tiene nada que ver con aquella (el Ayuntamiento recogió durante la primera ola más de 17.000 colchones), lo cierto es que los residentes de algunos barrios de Tetuán, Villaverde, Usera, Carabanchel o el propio distrito de Ciudad Lineal han comenzado a advertir de nuevo la presencia de estos enseres abandonados.

Por ahora, valoran desde el Área de Medio Ambiente y Movilidad, el trance entra dentro de lo normal. «El problema que hubo durante la primera oleada de la pandemia es que se suspendió la recogida de muebles», recuerdan, con el añadido, además, del severo protocolo implementado entonces. Con las cifras de contagiados y fallecidos por el Covid-19 disparadas, los operarios debían abordar la recogida de los colchones a través de un proceso que se podía alargar hasta cinco días. Detectado el objeto, el primer paso era rociarlo con soluciones desinfectantes. Tras ello, se marcaba con una «X», a la espera de que superado el citado periodo de riesgo, fuera finalmente retirado.

Una mujer de avanzada edad pasa por delante de otro colchón

Este plazo provocó las quejas de los residentes más afectados, temerosos por la posible exposición al patógeno y la imposibilidad de usar algunos contenedores de forma habitual. Así, los diferentes comités de seguridad y salud del servicio de limpieza empezaron a trabajar con el objetivo de reducir el tiempo de permanencia siempre que se mantuvieran las máximas garantías. «El intervalo disminuyó a tres días, aunque se continuó trabajando para que este sea menor», apunta el portavoz de limpieza UGT-Madrid, Juan Carlos del Río. En la misma línea que el Consistorio, desde el sindicato mayoritario no han detectado esta vez un repunte significativo, si bien no descartan que en las próximas semanas pueda darse el caso de un abandono masivo: «En cierto modo lo esperamos».

La supresión de este plazo de desinfección provoca que los colchones entren dentro de la recogida ordinaria, lo que acelera sobremanera los tiempos de retirada. A ello se suma el hecho de que los puntos limpios ya están abiertos, motivo que explicaría el bajo abandono (si se compara con la primera ola) de estos enseres. El servicio, señalan en el Área de Medio Ambiente, funciona con normalidad: «No ha cambiado ningún escenario respecto a los meses previos al estallido de la pandemia ni tampoco hay evidencias de que los colchones se hayan dejado por el Covid».

Con todo, los sindicatos alertan de la falta de medidas para abordar la actual recogida de estos abultados residuos. La controversia llega con la utilización de los trajes EPI y otros elementos anti-Covid que, en palabras de la responsable de UGT en el servicio de limpieza viaria madrileño, Sherezade Talavera, «no alcanzan el número suficiente para garantizar la seguridad»: «Se ha trasladado a las empresas adjudicatarias esta problemática, pero los únicos protocolos implantados han sido de manera residual». Este periódico pudo comprobar ayer la retirada de dos colchones por parte de un operario desprovisto de las protecciones demandadas.

Una madre con su hija, ayer por la mañana, en la avenida de la Institución Libre de Enseñanza

En mayo, este diario fue el primero en hacer pública la plaga de colchones registrada en las calles de Madrid. El Ayuntamiento efectuó entre el inicio de la crisis y el 9 de junio la recogida de 17.363 colchones, repartidos en los siguientes distritos: Vicálvaro, Moratalaz, Puente y Villa de Vallecas (5.177); Carabanchel, Usera y Villaverde (5.063); Fuencarral-El Pardo, Moncloa y Latina (2.521); Hortaleza, Barajas, Ciudad Lineal y San Blas-Canillejas (1.904); Centro, Chamberí y Tetuán (1.690) y Chamartín, Salamanca, Retiro y Arganzuela (1.008).

En la primera ola, el Consistorio calculó que casi 200 colchones al día (más de ocho por hora) fueron abandonados en la vía pública. «Con el servicio de recogida gratuita a domicilio suspendido y los puntos limpios cerrados, en ambos casos para proteger del contagio a los trabajadores de la limpieza y evitar la expansión de la enfermedad, se lanzó el mensaje a los vecinos de que no sacaran sus muebles y enseres a la calle», advirtieron entonces los responsables de paliar esta situación. Sin embargo, la desobediencia de «muchos vecinos» dio lugar a un problema que amenaza ahora con volver a repetirse.

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