Claves de la vuelta a la universidad en Madrid: clases a la mitad y test masivos

La seguridad es la guía del curso que se inicia y por eso entre los planes de las autoridades regionales está el que no se ocupe en ningún momento más del 50 por ciento de la capacidad de aulas, laboratorios o bibliotecas. Estas últimas se higienizarán con frecuencia; y en todos los espacios e instalaciones universitarias, incluidas las deportivas, se tendrá un control de asistencia, para poder detallar la trazabilidad en caso de necesidad.

La mascarilla será obligatoria incluso dentro de clase. Y, por cierto, la primera de las lecciones que reciban los alumnos este año será la de cómo combatir el Covid-19. La idea es extender el conocimiento entre este grupo que, explicó Sicilia, «son vectores de confianza» .

Está previsto también realizar un test serológico con una amplia muestra de estudiantes, profesores y trabajadores de las diferentes universidades públicas y privadas de la región. Los datos se tomarán en tres periodos del año. Además, habrá una muy importante inversión económica para modernizar tecnológicamente los centros y dotarles de los medios necesarios para una educación menos presencial.

El curso universitario se va a iniciar de forma escalonada para evitar aglomeraciones de estudiantes concentradas en las mismas fechas. Así, en la semana del 7 de septiembre se inician las clases en las universidades Politécnica, Autónoma de Madrid (ambas públicas) y Pontificia de Comillas (privada ). En la semana del 14, abrirá el curso en la Carlos III (pública) y en las privadas Nebrija, Europea, Villanueva y CEU.

En la siguiente semana, del 21 de septiembre, comenzarán las clases en las universidades privadas Alfonso X el Sabio y Francisco de Vitoria . Y, en la última semana del mes, la del 28 de septiembre, reinician la actividad la Universidad Complutense, la Rey Juan Carlos, la de Alcalá (las tres públicas) y en la Camilo José Cela y Udima (Universidad a distancia de Madrid).

El concepto de «docencia híbrida» incluye que los contenidos de carácter teórico puedan darse «online», mientras que los de carácter práctico se harán de forma presencial, preservando las distancias sociales precisas, siempre con la mascarilla puesta y en grupos reducidos. Los contenidos prácticos podrían llegar a concentrarse en el segundo cuatrimestre si así lo aconsejara la evolución de la pandemia.

Se establecerán «horarios deslizantes», que permitan a los estudiantes incorporarse paulatinamente a las aulas y evitar concentraciones a la entrada.

Los laboratorios se utilizarán sin superar el 50 por ciento de su capacidad. En cuanto a las bibliotecas, los aforos se reducirán, sus contenidos se higienizarán y será posible la reserva web de salas.

A la hora de calificar a los alumnos en este curso universitario que ahora empieza, se ponderará la evaluación continua de conocimientos, de manera que se asegure el cumplimiento de los objetivos formativos de cada curso. El procedimiento les parece más ajustado a responsables de la consejería y a las universidades: «No podemos dejarlo todo a un examen final online», argumentó el consejero de Universidades, Eduardo Sicilia.

El plan presentado ayer incluye la realización de 30.000 pruebas de seroprevalencia en la comunidad universitaria: serán la Comunidad de Madrid y las 14 universidades de la región quienes las realicen, entre estudiantes, docentes y personal de administración y servicios . Se considera una muestra suficientemente significativa como para que pueda analizarse, a través de sus resultados, la evolución de la pandemia en los campus universitarios. También abre la puerta a estudios científicos posteriores.

La Consejería de Sanidad colaborará con un comité científico de expertos universitarios, que desarrollará el estudio serológico.

Habrá un plan de transformación digital universitario que se aplicará a las universidades públicas madrileñas y contará con un presupuesto de 40 millones de euros en inversión.

Con ello, se pretende impulsar una renovación tecnologica que «suponga un auténtico salto de calidad» , según los responsables regionales. Con ese dinero, las universidades se dotarán de sistemas avanzados de captación de imagen y sonido, cámaras 340 grados en las aulas, nuevos estudios de grabación para producir contenidos, salas de realidad virtual, cursos masivos online en abierto o diferentes herramientas tecnológicas.

En el capítulo de planificación docente, está prevista una distribución de la docencia adecuada para proteger a aquellos profesores que, por razón de edad o por patologías previas, puedan ser más vulnerables a la pandemia.

El número máximo de estudiantes admitidos en cada clase estará señalizado en la misma. Se controlará la asistencia a espacios e instalaciones deportivas, para asegurarse la trazabilidad en caso necesario.

Además, antes de cada clase se abrirán las ventanas de las aulas entre 10 y 15 minutos para asegurar su correcta ventilación. La distancia entre profesores y estudiantes será de 2 metros , y de los alumnos entre sí, de 1,5 metros. Muchos centros tomarán la temperatura a alumnos y docentes en la entrada.

En el caso de que alguna persona en la universidad presente síntomas del coronavirus, habrá unas zonas de aislamiento donde trasladarlo. Se notificará el caso y se seguirán las indicaciones que se hagan por parte de las autoridades sanitarias, que serán las que le realicen las pertinentes pruebas y controles . En todo caso, la persona no podrá reanudar su actividad hasta que sea valorada por personal sanitario. Cada centro universitario tendrá un responsable Covid-19.