El cierre de Villa Rosa, un clavo más en la tumba del flamenco madrileño

«En apenas un mes se cumplirían diez años de esta nueva etapa en el tablao Villa Rosa de Madrid», se lamenta su último director artístico, el bailaor Jonatan Miró . «La pandemia está haciendo estragos en todos los sectores y mucho más en los tablaos flamencos, que se encuentran totalmente desprotegidos. Han sido muchos los esfuerzos que Jesús Rodríguez, el empresario que lo ha estado regentando en estos últimos diez años, ha hecho para mantener el local, pero lamentablemente ha tomado la decisión y la determinación de tener que cerrar, puesto que lleva estos once meses manteniendo el local sin ingresos».

Villa Rosa cerró temporalmente sus puertas a mediados del año pasado, a la espera de una mejora de la situación con la pandemia. Pero de poco o nada parecen haber servido la declaración de 'bien de interés general' para los tablaos ni la inyección de liquidez realizados por el Ayuntamiento y la Comunidad el pasado septiembre. La sangría no se detiene, y esta vez se ha llevado por delante toda una institución del arte jondo que ha sido testigo de infinidad de momentos históricos, como las actuaciones de Antonio Chacón, Fosforito el Viejo, Pepe de la Matrona , Ramón Montoya, Miguel Borrull, Juan Gandulla 'Habichuela' o los hermanos Luis y Antonio Molina; las visitas de Ava Gardner, Ernest Hemingway, el torero Luis Miguel Dominguín, Miguel Primo de Rivera o Alfonso XIII; e incluso sucesos trágicos como la explosión de una bomba en sus ventanas en un ola de atentados en 1933 . El local, inaugurado en 1911 en el número 17 de la calle Núñez de Arce, empezó su vida como tablao en 1921, cuando Tomás Pajares, camarero del vecino bar Viña P, se quedó con el negocio y consiguió que el cantaor Antonio Chacón dejase el tablao Los Gabrieles para trabajar en su nuevo proyecto. Tuvo una etapa gloriosa hasta 1963, cuando permaneció un año cerrado, y reabrió hasta la década de 1970, cuando tuvo que volver a bajar la persiana. En la década de 1980 se habilitó como sala de fiestas, y en 1991 fue alquilada por Pedro Almodóvar para rodar una escena de 'Tacones lejanos' con Miguel Bosé, Victoria Abril y Marisa Paredes. Volvió a convertirse en tablao en 2002, pero ahora, un siglo después de echar a andar, Villa Rosa no podría tener un centenario más triste.

«Otro drama más para la música y para los músicos» dice Josemi Carmona , que fue uno de sus invitados cuando presentó allí el disco «Pa gente con alma» de Ketama, en 1991. «Fue la época del resurgir de la Plaza de Santa Ana como punto de encuentro flamenco, íbamos mucho por allí», recuerda emocionado. «Esto que está pasando ahora es una pesadilla. Es una pena muy grande que un sitio con esa solera y ese arte, que ha acogido a tantos artistas de categoría, cierre sus puertas». Carmona asegura que los tablaos ya vivían una «época rara, mala» antes de la pandemia, pero «de esto no sé cómo vamos a salir», dice lleno de tristeza.