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Preuvas en la Puerta del Sol en solitario: «Es un poco raro, pero es lo que hay que hacer»

Unos 200 efectivos de la Policía Municipal desalojan el entorno de la plaza, que cuenta con un doble perímetro de seguridad

Pilar L. Arreaza

Son las ocho y media de la tarde y el reloj de la Puerta del Sol ya está preparado y engalanado para las preuvas, el típico ensayo una noche antes de despedir el año que nos ha demostrado que cualquier tiempo pasado fue ... mejor, el que nos ha enseñado a valorar hasta un simple paseo por la calle a cualquier hora, aunque lo hará de la manera más solitaria posible: sin gente a su alrededor. Lejos queda la estampa de otros años, en la que se veía a una plaza ataviada con recargadas gafas, sombreros con motivos navideños y cotillones que oteaban desde el céntrico enclave, a los pies del gran árbol de Navidad, cómo baja la bola y se inician los cuartos, antesala de las ansiadas campanadas.

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