Caso de la «stripper»: el alcalde de Alcalá castiga sólo a los empleados
La oposición tilda de «paripé» la investigación interna en la que se autoinculpa el funcionario jubilado
«Es increíble que alguien organice su propio homenaje y, como sorpresa, contrate a una stripper», dice el PP
No hay responsabilidades políticas en el caso de la polémica fiesta con «stripper» realizada en dependencias municipales de Alcalá de Henares para despedir a un trabajador jubilado. El único responsable es el homenajeado, un funcionario desde hace 30 años que en los últimos fue uno de los jefes del Parque de Servicios , lugar donde se celebró el evento. Así lo ha reconocido él mismo, que responde al nombre de Julio, que se ha «autoinculpado», al declarar que «él organizó el evento» y, además, «se autorizó a sí mismo la fiesta y permitió el acceso de personas ajenas a la plantilla». Esta es la principal conclusión de la «investigación reservada» encargada por el alcalde Javier Rodríguez Palacios, que gobierna junto a Somos Alcalá, marca municipal de Podemos.
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La otra es que abrirá expedientes disciplinarios a los funcionarios que estuvieron en el evento, entre los que «no se puede situar a ninguno de los d os concejales en el momento de la actuación», en alusión a Carlos García Nieto (PSOE) y Alberto Egido (Somos Alcalá), responsables de Obras y Servicios y Medioambiente , respectivamente, con cuya presencia en la celebración se ha especulado. Ese es el resumen de la «investigación reservada» encargada a una alta funcionaria, cuyas pesquisas, según aseguraron fuentes municipales, «desconocía por completo el equipo de gobierno». Un extremo que no convenció a la oposición (PPy Ciudadanos), que desde el primer momento calificó el proceso como «opaco», al dejarles fuera de juego y estar dirigido por una funcionaria de carrera designada por el alcalde.
Rechazo de la comisión
Además, casualmente, las conclusiones de ese informe se conocieron ayer, a última hora de la mañana. Fue justo unas horas después de que el Gobierno de Alcalá rechazara, en un pleno extraordinario, crear una comisión de investigación sobre el caso de la fiesta con «stripper», a propuesta del PP y de Ciudadanos . Cabe resaltar que eligieron el último día para convocar el pleno, víspera del Jueves Santo, y una hora temprana:nueve y media de la mañana. Por si este cúmulo de casualidades no fueran suficientes, no se difundió por «streaming», como se hace habitualmente con los plenos.
Para el portavoz del PP, Víctor Chacón, las conclusiones de la investigación, de las que se enteraron por la prensa, son, además de un «paripé», ilógicas. «Es demasiado burdo y evidente. Es increíble que un jubilado organice su propio homenaje, contrate a una "stripper" para darse una sorpresa a sí mismo y, de regalo, un "boy" para las mujeres », ironizó el popular por la tarde.
«Esa falta de lógica en los argumentos que exponen no hacen más que poner de relieve que la información reservada es un intento descarado de enterrar el escándalo en un pozo», añadía Chacón.
« No quieren que se sepa la verdad» , censuró Chacón por la mañana, y expresó su temor por que la Corporación esté «usando a los trabajadores como escudo» para no asumir responsabilidades políticas con sus ediles.
«El Gobierno se esconde y elude su responsabilidad culpando del caso "streaptease" a los trabajadores», respaldó Miguel Ángel Lezcano, portavoz de Ciudadanos, quien también aseveró que «este Gobierno es la antítesis de la transparencia, al no querer asumir su responsabilidad en la celebración de la fiesta erótica en dependencias públicas». Ambas formaciones hicieron hincapié en que en este asunto por acción y omisión «hay responsabilidades políticas».
El informe no desmiente que García Nieto y Egido hubieran tenido conocimiento de la celebración, ya que ambos tienen sus despachos en el Parque de Servicios, justo el lugar donde un viernes por la tarde se llevó a cabo el homenaje a Julio, uno de los cuatro encargados generales del Parque de Servicios el 3 de marzo. Menos de una semana después, vio la luz un vídeo de la fiesta en el que se podía ver a la «stripper» en pleno «show», para delirio de los asistentes a una fiesta que se convirtió en un escándalo.
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