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Casino de Madrid, hito de la arquitectura del siglo XX

El club, fundado en 1836, se instaló en la sede de Alcalá 15 en 1910. En el diseño del edificio participaron arquitectos y escultores españoles y extranjeros y fue todo un hito de la arquitectura madrileña del siglo XX.

Escalera principal del patio interior BELÉN RODRIGO

BELÉN RODRIGO

En el número 15 de la calle Alcalá reluce un elegante edificio que hace un siglo marcó un hito en la arquitectura madrileña . Se construyó por deseo de los socios del Casino de Madrid que hasta 1910 tuvieron varias sedes , ninguna de ellas en propiedad. Este club privado nació en la capital en 1836 cuando un grupo de 13 amigos que se reunían en el café de Sólito quisieron crear un espacio propio para sus encuentros. «Eligieron el nombre de Casino para diferenciarse de otros clubes y cuyo significado de origen era un lugar de recreo», explica a ABC Miguel Ángel Ramírez Carrasco, archivero, bibliotecario y documentalista del Casino de Madrid. Pasó después a llamarse por un tiempo Casino del Príncipe, por estar ubicado en dicha calle entre 1840 y 1848, fecha en la que se trasladó al Palacio del Marqués de Santiago donde permanecería hasta 1881. En dicho año se trasladaron al edificio del Café Suizo, en Alcalá 36 y diez años después al edificio La Equitativa en Alcalá 14. «Durante todos estos años se alquilaban los espacios y se adaptaban a las necesidades del Casino», indica Ramírez. A comienzos del siglo XX los socios, impulsados por su entonces presidente Conde de Malladas , deciden construir su propia sede que en 1993 fue declarada Bien de Interés Cultural.

La calle de Alcalá era una de las principales de la capital y adquieren allí varios edificios. Se lanza un concurso internacional , algo que era un novedad para la época. De los 27 proyectos presentados se eligieron 6 pero se acabó por declarar desierto el concurso. Compraros dichos proyectos y los enviaron al arquitecto francés L. Farge quien fusionó todas las ideas en una sola propuesta. Como al ser extranjero no podía dirigir la obra, se contrató para dicha misión a José López Sallaberry quien acabó modificando las propuestas de Farge y fue el responsable de toda la decoración interior y exterior. «El Casino no pagó las obras del edificio sino que lo financió a través de un empréstito de obligaciones hipotecarias que realizó el Banco Urquijo», afirma el documentalista. El coste total fue de más de seis millones y medio de pesetas , dos millones más de lo previsto. Tras un retraso de dos años el Casino de Madrid inauguró su nueva sede social el 29 de septiembre de 1910 . Un edificio que responde al estilo ecléctico «donde se integran todas las artes con la arquitectura» , destaca Miguel Ángel Ramírez. Es un fiel reflejo del eclecticismo vigente en la época en donde se unen diferentes estilos llevados a cabo por prestigiosos arquitectos y artesanos tanto españoles como extranjeros. Fueron los socios de este club los que pensaron en la distribución del espacio. «Hace 100 años el casino estaba siempre lleno, con socios que pasaban un gran número de horas, para temas de negocios y de ocio. Eran otros tiempos. La biblioteca cerraba a las tres de la madrugada», comenta el documentalista y bibliotecario.

La biblioteca cuenta con un importante númro de librtos de distintas disciplinas BELÉN RODRIGO

Escalera principal

La escalera principal dentro del patio de honor es una muestra del modernismo madrileño . Sallaberry la concibió copiando prácticamente las trazas de la escalera diseñada por Antonio Palacios y Joaquín Otamendi en uno de los proyectos que se seleccionaron. La decoración de la escalera corrió a cargo de Ángel García y está repleta de variados motivos vegetales y marinos y hace alusión al mito de Eros y Psique. La fachada motivó un gran debate por causa de la puerta ya que los socios querían entrar con su carruaje. «La puerta principal se instaló definitivamente en el 1911 y los carruajes paraban en la puerta ante la imposibilidad de dar la vuelta en el interior», aclara Miguel Ángel Ramírez. Una puerta de rejería obra de Pascual González . La fachada cuenta con muchos motivos ornamentales entre los que destacan los relieves de la arquería obra del escultor catalán Eusebio Arnau Mascort. Para el torreón también hubo interesantes propuestas y se acabó por elegir un escudo rematado por una corona real.

La distribución de las salas ha sufrido algunas alteraciones desde su apertura, adaptando los espacios a las nuevas necesidades de los socios. «Ahora hay más movimiento por las tardes, que es cuando los socios tienen más tiempo para venir», indica el documentalista. No obstante, desde hace unos años algunas de las salas y el restaurante de la última planta lo explota el grupo NH Hoteles que se ocupa del alquiler de las mimas. La Terraza del Casino es un espacio del chef Paco Roncero, con dos estrellas Michelin. Pero en el Casino sigue funcionando para los socios, de lunes a sábado, un restaurante de cocina tradicional y dos bares, uno de estilo inglés.

Salón de honor, uno de los principales espacios del edificio BELÉN RODRIGO

El salón real es uno de los espacios más espectaculares del edificio, también por petición de los socios antes de su construcción. Las pinturas del techo son de Cecilio Pla y una de las paredes tiene una vidriera que da a un patio interior. En este salón se conserva un piano de 1914 y en ocasiones se dan conciertos. «En 1987 se cerró el Casino durante cuatro años para acondicionar todos los espacios y adaptarlo a los tiempos modernos. Además se ganó mucho espacio haca abajo», explica Ramírez que lleva trabajando en la casa 24 años.

Muchos de los espacios son exclusivos para los socios , como la sala de billar, sala de cartas, el gimnasio, la biblioteca o la sala de estudio. Esta última conserva los muebles que había en la anterior sede, La Equitativa. De estilo neogótico son muy similares a los de la biblioteca del Senado. «Cuando se hizo muchos senadores eran socios del Casino y se cree que fueron ellos quienes pidieron que fuese así porque se realizaron en la misma casa», comenta el bibliotecario. Es una sala en total silencio donde muchos de los socios han preparado exámenes y oposiciones.

Sala de estudio de estilo neogótico exclusiva para los socios BELÉN RODRIGO

Entre las curiosidades de este edificio encontramos unas pinturas inacabadas de Emilio Sala , quien falleció cuando realizaba este trabajo. Cecilio Pla, uno de los maestros de Dalí, fue quien acabó la mayor parte de los trabajos. «Sorolla se ofreció para pintar el salón real pero quería ser él quien eligiese los motivos y los socios no aceptaron». Durante la Guerra Civil se convirtió en hospital de sangre pero por causa de los bombarderos se lo llevaron. «Cayeron algunas granadas y una cúpula se destruyó», recuerdan en el Casino. Aquí, al igual que ocurrió en el Círculo de Bellas Artes, se empezó a jugar con apuestas hasta que se prohibió el juego de forma legal en 1926. No obstante, durante varias décadas no fue el único edificio en el que se hizo la vista gorda para dejar que se siguiese jugando en sus salones, de una forma más discreta. Forma parte de la decoración antiguas ruletas , una de ellas de caballo, la única tan bien conservada en España que pesa más que un coche. Otra anécdota fue cuando Alfonso XIII estuvo jugando al billar y el taco que usó se guardó y se entregó años después a su nieto, el Rey Juan Carlos.

2.500 socios

El Casino de Madrid cuenta actualmente con 2.500 socios y contempla la posibilidad de llegar hasta los 5.000. Desde que se fundó han pasado por este club muchas figuras de los más diversos sectores. Comenzó sobre todo con miembros de la alta nobleza, literatos e intelectuales como José Espronceda y poco a poco se ha ido abriendo más a la sociedad. Han pasado presidentes del Gobierno, alcaldes, o músicos como Andrés Segovia. En la actualidad, para entrar al club es necesario que te presenten dos socios y ser aceptado por la junta . Se paga una cuota de ingreso de 6.000 euros y una cuota mensual que ronda los 100 euros . Ambas cuotas dan acceso al socio y a su cónyuge. Se organizan para ellos actividades culturales y sociales (conciertos, galas, cenas, fiestas, tertulias, catas de vino, conferencias y exposiciones). En el edificio tienen gimnasio, piscina, centro de salud, peluquería, billar, comedor y bar y cursos de diversas disciplinas (billar, bridge, ajedrez, bailes de salón, etc).

Desde hace unos años tienen un acuerdo con campos de golf para que puedan jugar en ellos a precios especiales. Son el Olivar de la Hinojosa, el Encina Golf y el Club Social Santo Domingo. Son a la vez socios de 270 clubes repartidos por los cinco continentes , pudiendo disfrutar de los servicios de dichos clubes en sus viajes de trabajo o placer.

Terraza del Casino BELÉN RODRIGO

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