Se busca socio para gestionar la M-30
La fórmula permite, según Hacienda, dar el servicio con más calidad y menor coste para los ciudadanos que la gestión municipal directa o el peaje en la sombra

MADRID. La empresa Madrid Calle 30, que realizará las obras de reforma de esta autovía y se ocupará de su gestión, explotación y conservación, tendrá un socio privado a finales de julio. La Junta de Gobierno de la ciudad aprobó ayer iniciar la licitación para elegir a este socio privado, que además de participar en la sociedad que gestione la nueva M-30, dará a ésta un préstamo subordinado. Deberá ser una empresa - o unión de ellas- líder en el sector de los concesionarios de autopistas, o entre las constructoras, con una cifra de negocios de al menos 500 millones de euros en los tres últimos años.
La operación diseñada por el concejal de Hacienda, Juan Bravo, para sacar adelante la inmensa obra de la M-30, con su correspondiente inmenso coste, sin que eso lleve a la quiebra a las finanzas municipales podría calificarse como un auténtico encaje de bolillos. Se trata de un nuevo sistema, a través de una sociedad de economía mixta, pionero en España pero que se ha utilizado en países como Inglaterra para la gestión de hospitales, colegios, cárceles o el Metro, informaron fuentes municipales.
Aventura empresarial
Las obras de la M-30 -valoradas en más de 3.000 millones de euros- las lleva a cabo la empresa ahora municipal Madrid Calle 30. Ayer se inició la licitación para introducir en ella un socio privado, de manera que se convierta en una sociedad de economía mixta, en un principio con un 20 por ciento del capital suscrito por el privado y el resto por el Ayuntamiento, aunque este porcentaje podrá variar en el futuro.
El socio privado que entre en la operación -«que nos acompañe en esta aventura», como definió ayer el concejal Bravo-, se encargará de prestar el servicio de gestión y explotación de la vía, pero primero deberá hacer las obras de reforma en ella. Para prestar el servicio, habrá de cumplir unos estándares de calidad fijados por el Ayuntamiento: atender incidencias o accidentes en tiempos mínimos -menos de 15 minutos para retirar un vehículo ligero, menos de ocho para una primera intervención en túnel-, y mantener una correcta conservación de drenajes, firmes y señalización.
Si se cumplen estos estándares, el Ayuntamiento pagará a la empresa Madrid Calle 30 por los servicios; si no cumple, se le realizarán deducciones en los pagos.
El socio privado suscribe un 20 por ciento del capital de la sociedad mixta, y además aporta un préstamo subordinado a la empresa. A cambio, recibe su parte en el pago que Madrid Calle 30 cobra del Ayuntamiento, y como propietaria del 20 por ciento del capital, también ingresa los dividendos correspondientes, en caso de que los haya.
El concejal Juan Bravo cree que este sistema es mejor que el de «peaje en la sombra» o la gestión directa de la M-30 por el Ayuntamiento. El Gobierno local supervisará las labores realizadas. La fórmula, a su juicio, cumple con la normativa europea, aunque esto no se sabrá con seguridad hasta que Eurostat no enjuicie el modelo.
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