Hazte premium Hazte premium

Bryan Adams, coleccionista de hits, reclama su lugar en el Olimpo

El rock&roll más auténtico del canadiense y de su gran banda hizo venirse abajo al Wizink

Arcadio A. Falcón

Realmente este de cronista es un «trabajo» privilegiado. En dos días he pasado de ver la decepción a la admiración; del fraude a la excelencia... y he visto (desde fuera) cómo cambia la gente. Yo estaba en el mismo sitio (Sector 25) fue todo lo demás lo que cambió. Después del esperpento de Enrique Iglesias el sábado en el mismo lugar, Bryan Adams fue como ver a Elvis en 1957.

«Last Night on Earth» empezó la noche con su pegadizo estribillo a ritmo popero que crece y crece sin resolver hasta un final apoteósico. Siguió « Can't stop this thing we've started », el primer hit mundial de un artista al que le sobran recursos. Con «Run to You», Adams cerró un inicio eléctrico diseñado con mimo para calentar a 15.000 personas, una auténtica quimera incluso para los más grandes.

«Shine a Light», canción que da título a su último trabajo, trajo el country al Wizink añadiendo así un color más a la paleta creativa del prolífico canadiense.

Adams nos dejó una versión con aroma Rolling Stones de «It´s only Love» de Tina Turner . Brilló Keith Scott a la guitara eléctrica moviéndose como un funambulista sobre esa línea invisible que divide al que se pasa... del que se queda corto.

En «You Belong to me», Adams le pidió a Madrid que participase de la fiesta. Tras presentar el tema en un divertido español, el rock and roll impulsado por ese sobresaliente tándem de bajo-batería que forman Solomon Walker y Mickey Curry enloqueció al público, que bailó sin control al son de la música del diablo. ¿Quién lo diría, verdad? Que un rock n´roll de toda la vida haga venirse abajo a un estadio en los tiempos que corren...

Bryan Adams, inventor de estribillos, demostró ser también un guitarrista notable. Su impecable mano derecha y manejo de la pausa en « When you´re gone », donde se quedó sólo sobre el escenario, dejaron mal a muchos de sus contemporáneos. La voz es su principal valor pero sería un guitarrista rítmico cumplidor en el 95% de bandas.

El buffet de himnos poperos continuó con «Back to you»; sencilla y directa como son las buenas canciones. «Cuts like a Knife» permitió lucirse a Mickey Curry , un batería con B mayúscula.

«Summer of 69'» cerró oficialmente el concierto. Adams presentó a la banda (sólo nos falta mencionar a un excelente y delicado Gary Breit al piano) y los cinco músicos desaparecieron en la oscuridad para la pausa tradicional antes de los bises; donde destacaron « Whiskey in the Jar », «Straight from the Heart» y «When you love someone», con un Bryan Adams muy elegante.

Tras despedir al cantante entre vítores, se encendió la luz y acabó el puente. Madrid se arrastraba hacia las salidas, camino del parking y el despertador de las siete. Un futuro poco halagüeño pero... ¿A cuántos trabajadores somnolientos se les escapará mañana una sonrisa?

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación