Ayuso y Aguado: Cien días de tensa calma en el Gobierno de la Comunidad de Madrid

¿Es Telemadrid un servicio público esencial? La presidenta Isabel Díaz Ayuso (PP) y el vicepresidente Ignacio Aguado (Cs) mantuvieron en octubre diferentes opiniones sobre este tema. Fue uno de sus grandes desencuentros, aunque no el mayor: este ha sido, sin duda, la comisión de investigación sobre Avalmadrid. Cuya creación apoyó Ciudadanos en la Asamblea madrileña, defendiendo la necesidad de aclarar todo lo relacionado con esta empresa. Aguado defendió en un consejo de Gobierno que había que investigar hasta el final «caiga quien caiga».

Después de esto llegaron las acusaciones de deslealtad, veladas en un principio y públicas al final, del PP hacia la formación naranja. Y aquella frase que le dedicó la presidenta Díaz Ayuso a su socio en el Ejecutivo, acusándole de hacer «de Gobierno y de oposición a la vez».

«Los primeros días fueron difíciles, porque somos dos partidos distintos», reconocía ayer Aguado. Pero parece que los problemas de cohabitación no han terminado: la frialdad en el acto de ayer era evidente. Los equipos de presidenta y vicepresidente chocaron hasta por la entrega a la prensa de los discursos –llegó el de ella, no el de él–. De hecho, el comentario más escuchado en los corrillos era: «Bueno, hemos llegado a los cien días».

Con todos los consejeros presentes, la presidenta abrió y cerró con sus palabras un acto en el que Aguado intervino también, y entre ambos repasaron las medidas que ya han cumplido de su programa de Gobierno. De las 155 pactadas, ya se han cumpido 28, que son un 7 por ciento, y hay otras en marcha, informaron fuentes del Gobierno regional. En total, se han puesto en marcha 200 actuaciones y se han aprobado acuerdos por 1.350 millones de euros.

Entre ellos, Díaz Ayuso destacó las rebajas fiscales aprobadas, el Plan Vive para construir 15.000 viviendas o las ayudas por las lluvias torrenciales. Y Aguado hizo hincapié en las leyes en tramitación para eliminación de aforamientos, la de protección del denunciante de corrupción política , la tercera hora de eduación física en los colegios, la apertura de centros para víctimas de violencia de género 24 horas al día, el inicio de acciones para abrir Metro 24 horas los fines de semana y para la gratuidad del abono transporte para mayores de 65 años, o la Ley de la Sociedad del Aprendizaje.

Más allá de esto, se han suspendido las nuevas licencias para casas de apuestas, a la espera de regular cambios en la actual normativa, y se han comenzado a plantear ayudas e incentivos para que los policías y guardias civiles encuentren más sugerente vivir en Madrid .

Ayuso y Aguado aprovecharon la celebración de los cien días de Gobierno conjunto para deslizar sus mensajes políticos. En el caso de la presidenta, presumiendo de Madrid como «adalid el respeto a la diversidad», donde pueden convivir y coincidir «los que van a misa y los que van de la mano de su pareja del mismo sexo». Porque, concluyó, frente a la «involución» de un Gobierno Central que «ha puesto en jaque nuestras rebajas fiscales », la libertad de las familias para elegir colegio o que ha privado a Madrid de fondos «Madrid es un modelo a seguir, no a perseguir». También Aguado puso el acento en la intención de este «Gobierno único» en «que la Comunidad de Madrid sea un referente de libertades, el refugio de los liberales de cabeza y de corazón».

No sentó nada bien entre los naranjas que Ayuso citara más veces en su discurso a Vox que a Cs, y que les equiparara en los reconocimientos por la formación del Gobierno: «Me gustaría agradecer los esfuerzos realizados tanto a Ciudadanos como a Vox». Por cierto, que Cs evitó referirse a los socios de investidura - sólo a preguntas de la prensa Aguado se avino a agradecerles «que apoyaran» al Gobierno-. Díaz Ayuso criticó que Cs apoyara la reprobación del concejal de Vox Javier Ortega Smith: indicó que el edil de Vox «no estuvo correcto» y le fallaron «las formas» al enfrentarse con una víctima de violencia, pero denunció que Cs esté gobiernando «gracias a un partido político» y luego se unan «a los demás contra ese partido».