Ayuso visita el «laboratorio de los prodigios», en el hospital 12 de Octubre

El 12 de Octubre fue de los primeros hospitales públicos en utilizar terapias avanzadas. Actualmente, el Ministerio de Sanidad reconoce la utilización a nivel nacional de estos novedosos medicamentos a dos centros sanitarios madrileños, el Gregorio Marañón y el Niño Jesús. La presidenta ha pedido al ministerio que lo amplíe a otros dos: este 12 de Octubre y el hospital de La Paz.

Tras visitar el laboratorio y conocer de primera mano los pasos a seguir para la fabricación de estos medicamentos , la presidenta ha señalado: «Es emocionante saber que esas terapias funcionan donde los tratamientos convencionales, como la quimioterapia, han fallado ». Estas terapias se utilizan en 41 pacientes, y seis de ellos ya están totalmente curados. «Hace poco tiempo tuvimos la feliz noticia de que un niño de 11 años afectado por leucemia oyera a los médicos hablar de la remisión completa de la enfermedad ». Por este motivo, y con la esperanza puesta en esta nueva generación de «medicamentos vivos», la presidenta confía en que «en no mucho tiempo, podremos decir que en Madrid el cáncer será un mal sueño».

La directora general del Hospital 12 de Octubre, Carmen Martínez de Pancorbo , ha recordado que su centro es una «referencia internacional» en el uso del CAR-T, más aún desde que cuenta con este laboratorio específico para la transformación de células del paciente -tras un proceso de ingeniería genética- en una medicina capaz de curarle. El laboratorio, ha recordado, se construyó gracias a la colaboración de la Fundación Cris contra el cáncer.

La coordinadora de la Estrategia madrileña de Terapias Avanzadas, Encarnación Cruz, ha recordado que se producen ahora m ás de 1.000 ensayos clínicos en el mundo sobre este tipo de terapias, de los que «un 70 por ciento habrán acabado en breve», por lo que calcula que en 2025 «habrá entre diez y veinte medicamentos CAR-T en el mercado». Su mayor problema es su enorme precio: los expertos hablan de tratamientos de entre 1,8 y 3 millones de euros para determinadas distrofias infantiles o hemofilias. Ser capaces de fabricarlos en los propios hospitales, como empieza a ocurrir en Madrid, facilita bastante el proceso. En el de Puerta de Hierro-Majadahonda, por ejemplo, ya se trabaja con uno propio, el primero con autorización de uso, especial para lesionados medulares.