Ayuso gana fuerza ante Moncloa y Aguado en un escenario de caos
Casado señala al ministro Illa tras el tropiezo judicial del Gobierno
Estado de alarma en Madrid, última hora en directo
Confinamiento en Madrid: las ciudades y pueblos con restricciones tras el estado de alarma
La semana que empezó teñida de negro para la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso -con la capital y cuatro grandes municipios de la comunidad cerrados y 4,7 millones de ciudadanos con la movilidad restringida-, dio un giro inesperado por voluntad del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). ... Su decisión de «tumbar» las restricciones impuestas por el Ministerio de Sanidad en Madrid debilita la posición del Gobierno de Pedro Sánchez y fortalece, en paralelo, la de la jefa del Ejecutivo madrileño. Tanto de cara a La Moncloa como ante su propio vicepresidente, de Cs. Y pese a la apisonadora que sacó de su manga anoche Sánchez con la amenaza de un estado de alarma.
Aunque el embrollo legal que consolida esa posición de la presidenta madrileña ha dejado inermes y sumidos en el caos a millones de madrileños, que no sabían ayer si podían salir de su domicilio, pedir una caña en la barra del bar o ir a cenar a las once de la noche.
Ayuso, tras el respaldo del TSJM, dio ayer un paso atrás y puso fin a la batalla judicial contra las restricciones que ordenaron desde el Ministerio de Sanidad, al retirar las medidas que había planteado contra esa orden en la Audiencia Nacional. Lo hizo para evitar «más confusión» que, aunque parezca mentira, podría haberse producido si este órgano hubiera decidido dar respaldo a lo que el alto tribunal madrileño había desestimado.
Lo hizo a pesar de que apenas unos días antes confesaba a ABC que el «pacto de las banderas» con Pedro Sánchez había sido en realidad «una farsa» para cerrar Madrid. A la ofensa que sintió con la imposición de las restricciones de movilidad se unieron las de ver cómo desde el Ministerio de Sanidad se ponían en duda las mejoras en los datos de la pandemia en Madrid.
Por si fuera poco, en el seno de su propio Gobierno, su vicepresidente, Ignacio Aguado (Cs), que, una vez más, se manifestaba más cerca de las medidas exigidas por el Gobierno central para Madrid que de las directrices de su propio Ejecutivo regional y, por ende, de Isabel Díaz Ayuso. «Las restricciones a la movilidad de hoy salvan vidas mañana», decía casi a la vez que la presidenta interponía un recurso.
Ayuso sentía sobre sus hombros la insoportable presión del Gobierno central y la de su socio de la Puerta del Sol, lo que la colocaba en una posición de fragilidad cuando, repentinamente, las tornas se volvieron a su favor por el fallo del TSJM. Que ha supuesto un acicate para mantener la defensa de sus propias limitaciones, restringidas sólo a algunas áreas básicas de salud, y que, a tenor de los datos epidemiológicos -Madrid ha pasado de más de 750 casos por 100.000 habitantes el 21 de septiembre a 507 ayer- estaban funcionando.
Respaldo de Génova
Génova señala al ministro de Sanidad, Salvador Illa, como el máximo responsable del desaguisado normativo frente a la pandemia, y considera que la decisión del juez le coloca en «una situación prácticamente insostenible». «Pone en una situación prácticamente insostenible al ministro de Sanidad , ya que por una motivación política arremetió contra una comunidad, lanzando un mensaje de miedo», denunció ayer Pablo Casado.
El líder de los populares aseguró que la Justicia «da la razón» al Gobierno de la Comunidad de Madrid, que recurrió la medida de Sanidad hasta que ayer optó por un alto el fuego y retiró la petición de cautelares. Casado insistió en que la orden de Sanidad tuvo una «motivación ideológica y partidista». El PP habla de «ruina económica» de la comunidad autónoma.
La lectura no es la misma en Cs, donde admiten que consideraban suficientes el real decreto ley de la «nueva normalidad» y la orden ministerial para aplicar restricciones a la movilidad, informa Juan Casillas. Ahora, como señaló Aguado en Twitter, toca de nuevo «buscar soluciones».