El Ayuntamiento de Madrid blinda la estructura de las Torres Colón, pero se podrá cambiar la fachada

Después de casi tres años en revisión tanto por parte de la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural y la Comisión Local de Patrimonio Histórico y tras de mantener reuniones con todas las partes implicadas, el Área de Desarrollo Urbano eleva hoy a la Junta de Gobierno establecer para el complejo un nivel 3 de protección, grado parcial, tal y como indicó también la Comunidad, que descartó declararlo Bien de Interés Cultural ni Bien de Interés Patrimonial.

Los expertos en patrimonio señalaron en ambos informes, a los que tuvo acceso ABC, que «los valores relevantes» que se debían proteger son los que forjan su sistema estructural «suspendido» , que se representa físicamente en «la cabeza estructural, los tirantes y fuste o núcleo central de ambas torres». Por tanto, en el caso de las obras que se van a llevar a cabo, esos son los únicos elementos arquitectónicos que se deben mantener y restaurar de forma obligatoria. Sin embargo, esta estructura colgada no está ligada a la forma, volumen o materiales del edificio, que se podrá alterar.

Mutua Madrid, propietaria del inmueble, convocó a finales de 2016 un concurso para la reforma y puesta al día de las torres. El proyecto elegido fue el del estudio de Luis Vidal , alumno del propio Lamela y autor de la T2 del Aeropuerto de Heathrow. Su diseño implica demoler varias plantas inferiores -reubicándolas en la zona superior- y eliminar el enchufe, sobre el que se levantarán cuatro pisos más. Todo ello, sin modificar la altura total del inmueble, de 117 metros.

No fue hasta 1992 cuando las torres adquirieron el aspecto anaranjado actual y el célebre enchufe , que en 2022 , cuanto termine la rehabilitación del complejo, desaparecerán . Para cumplir con la normativa anti incendios se tuvo que instalar una escalera, que quedó en el exterior del edificio porque los propietarios del complejo no quisieron interrumpir la actividad en las oficinas. Aquella reforma se ejecutó sin la supervisión del ingeniero Javier Manterola , que instaló tirantes de hormigón pretensado para que la estructura colgante pudiera soportar la altura del rascacielos. Estos nuevos elementos supusieron una sobrecarga del 8% en el peso que soporta la estructura y que, según los actuales propietarios, ha hecho que algunos de los tirantes estén al límite. También las corrientes subterráneas han generado una degradación del hormigón por lo que en esta actuación se reforzarán.

Mientras llegaba esta catalogación, las obras en el interior ya se han iniciado. Según confirmaron a ABC fuentes del Área que dirige Mariano Fuentes, Desarrollo Urbano ya ha concedido varias declaraciones responsables para ejecutar demoliciones interiores y otras pequeñas actuaciones. No obstante, subrayan, siempre se han otorgado con la garantía de que se respetasen los elementos que ahora finalmente se han protegido. Esta inclusión en el Catálogo es el prólogo de la revisión que ejecutará en los próximos meses la concejalía para blindar la arquitectura industrial y contemporánea.