Atocha y Chamartín, otros dos puntos débiles en el control de la pandemia
Aguado solicitó hace más de un mes la instalación de carpas de test en las estaciones de tren, pero el gestor Adif no ha recibido aún ninguna petición formal
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Iniciar sesiónEl cierre perimetral de la Comunidad de Madrid y otras autonomías peninsulares no restringirá la movilidad por tren entre provincias. La situación en las estaciones de Atocha y Chamartín, dos de los principales nodos ferroviarios del país, será la misma que en los últimos meses ... y a pesar del descenso de los desplazamientos continuarán como uno de los puntos débiles en el control de los contagios . Como ya ocurre en el aeropuerto de Barajas, en ninguna de las terminales se realiza algún tipo de prueba o PCR a los viajeros y apenas se detectan positivos en los trayectos de larga distancia. Aunque el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, solicitó hace más de un mes en una rueda de prensa la instalación de carpas de test en ambas terminales, la realidad es que el gestor Adif ni siquiera ha recibido una petición formal al respecto y los protocolos se limitan al uso de mascarilla y la distancias interpersonales.
Los escasos pasajeros que todavía transitan por las estaciones van y vienen con sus equipajes como si nada, pero las imágenes diarias distan mucho de las anteriores a la pandemia. Un furgón de la Policía Nacional da la bienvenida a Chamartín y una enorme fila de taxis con sus conductores de brazos cruzados dan una muestra de que el pulso es mínimo. «Nada, no se mueve nada» , apunta uno de ellos, representación de lo que ocurre también a unos kilómetros, en Atocha.
Los viajes se han reducido a la mínima expresión, pero aún así Renfe ha contabilizado más de 5 millones de desplazamientos con Madrid de por medio desde la implantación del billete personalizado para AVE y Larga Distancia, el pasado 20 de abril, que obliga a dar el nombre y el número de teléfono del cliente para favorecer un posible rastreo. El balance de positivos, que no se basa en otro control que esos datos y de temperatura, invita a pensar que el coronavirus apenas existe en estos trenes.
Fuentes de Renfe detallaron a ABC que desde la entrada en vigor de ese novedoso tique la Consejería de Sanidad solo ha solicitado información sobre 23 personas que llegaron a la región , lo que supondría que ni el 0,1 por ciento de los viajeros que usa el AVE u otros trenes tiene el virus. La entidad, en ese sentido, destaca la «estrecha coordinación» con las diferentes autoridades sanitarias para evitar la transmisión del Covid-19. Además, defiende la seguridad de desplazarse en tren según un estudio del organismo de seguridad ferroviaria del Reino Unido (RSSB), que apunta que el riesgo de contraer la enfermedad en este contexto es de una entre 11.000 viajes. Con mascarillas, añaden es una de cada 20.000 desplazamientos.
El escaso riesgo es el argumento que el Gobierno de Pedro Sánchez ha utilizado reiteradamente para justificar la l axitud de los controles en los aeropuertos y en las estaciones de tren españolas, pese a que capitales de nuestro entorno como Roma, Londres, París o Berlín sí lo hacen. Como informó ABC, la obligatoriedad de cuarentenas o de hacer un test en origen ha desembocado en que en estas ciudades se hayan detectado hasta un 20 por ciento de casos importados respecto al global, mientras que en Madrid (171 positivos desde mayo) no se llega ni al 1 por ciento. En Alemania, donde se reforzó la vigilancia en las terminales ferroviarias, uno de cada dos infectados en verano era foráneo.
Test en origen
Aunque desde hace meses el Ejecutivo se ha escudado en los pírricos porcentajes y ha defendido que el protocolo en Barajas era suficiente –rellenar una ficha y pasar dos controles, uno visual y otro de temperatura–, ayer mismo rectificó y anunció que buscará un acuerdo europeo para promover el turismo con test en origen.
La ausencia de unos controles más estrictos, tanto en Barajas como en Atocha y Chamartín, ha sido uno de los caballos de batalla de los últimos meses y el objeto del enfrentamiento constante entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno central. La presidenta, Isabel Díaz Ayuso, escribió incluso una carta a la Comisión Europea para reforzar los dispositivos en los aeropuertos; pero fue su vicepresidente quien dijo hace poco más de un mes que había solicitado la instalación de carpas para la realización de test. «No somos capaces de saber qué personas han venido contagiadas porque no hay un control más efectivo y porque el Gobierno de España se niega a establecer puntos de control voluntarios no solo en Barajas, también en estaciones ferroviarias», explicó Aguado.
La declaración, sin embargo, no ha pasado de ahí y esta potencial ventana de entrada del virus sigue abierta. Desde Adif, gestor de los espacios ferroviarios, aseguran que ni siquiera se ha tramitado por vía oficial, sin haber registrado una petición ni por parte de la Comunidad de Madrid ni de la Delegación del Gobierno. No obstante, ambas administraciones trataron el tema en la reunión del lunes.
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