Ataque mortal en Coslada: el rottweiler destrozó la cara y la cabeza de su amo en su casa

La tragedia ocurrió en la calle de las Corbeteras número 13, enclavada en el Polígono de la Estación de Coslada cuando el animal, criado con las otras mascotas, se abalanzó sobre su amo y le destrozó el rostro y la cabeza . En el domicilio, situado en una zona de casas bajas, solo se encontraba la pareja. La mujer indicó que intentó separar al animal de su marido sin éxito y que cuando logró encerrarle, salió al exterior . Así lo explicaron varios allegados de la pareja y algunos vecinos en base a la versión de ella.

«Debió de llamar por teléfono a un cuñado que vive cerca porque este no dejaba de golpear la puerta. Quería que le abrieran. Al final, cuando Mar (como la llaman sus conocidos) salió, era demasiado tarde», explicaba Trinidad. Según su relato y el de Francisco Javier, se enteraron de lo que había ocurrido por los porrazos que daba el hombre. Al parecer fue éste, uno de los tres hermanos del fallecido, el que avisó al 112 a las 14.05 horas. «Nos ofrecimos a llevar a Miguel Ángel al hospital pero ellos dijeron que no», precisaron.

Hasta el lugar se desplazó una UVI-móvil del Summa que no pudo hacer nada por la víctima. Las gravísimas e innumerables lesiones que le causó el animal, centradas todas ellas en la cabeza, le ocasionaron irremediablemente la muerte.

Así lo confirmaron fuentes de la Policía Nacional, que junto a la Local, tratan de esclarecer el dantesco suceso. Se investiga el motivo del ataque y si la pareja podía estar riñendo de forma acalorada cuando el can se abalanzó sobre su amo para defender a la mujer o fue un mero accidente. El cadáver presentaba cierta rigidez cuando llegaron los sanitarios, según algunas fuentes por lo que debieron tardar en dar la voz de alerta. ¿Por qué?

Mar comentó cuando salió a la calle que su marido sufrió un ataque de tos y ella le dio palmadas en la espalda para aliviarle. Y que justo entonces el can se abalanzó sobre él. Ella fue ingresada en Hospital del Henares. Sufrió algún mordisco en un brazo de escasa entidad, además de una fuerte crisis nerviosa, al igual que la única hija de la pareja, de 18 años al conocer la noticia. A primera hora de la noche recibieron el alta.

La conmoción se apoderó del lugar, en el que residen payos y gitanos, ante el terrible suceso. «Les encantan los animales. Él ha vivido aquí desde que era un niño y sus padres siempre han tenido pastores alemanes», aseveraba Concha. Otras voces comentaban que «l es daban poco de comer , lo que podría haber excitado al animal». Miguel Ángel, además de la perra atacante, un macho y un cachorro de una camada que tuvieron, todos rottweilers cruzados con pitbulls, tenían también un galgo. Los vecinos aseveraban que los sacaban a pasear por las tardes, pero de uno en uno. A veces él y otras, ella, aseguraba José.

Entre los presentes ninguno parecía recordar si llevaban bozal, al ser de razas potencialmente peligrosas. Tampoco los más allegados podían precisar si los animales estaban registrados y tenían chip , lo que parece descartado.

El lugar permaneció acordonado hasta primeras hora de la noche. A las 18 horas se llevaron al último animal -poco antes que al fallecido- a una protectora de Mejorada del Campo. Los operarios utilizaron un traje especial para evitar ser atacados. Ahora, falta por determinar además de qué provocó el ataque mortal, la tardanza de la familia en alertar al 112 y si entrenaban a las mascotas que tenía para pelear. « Él los azuzaba », aseguraba un anciano.