Asignaturas pendientes
La principal «asignatura pendiente» en calidad del aire urbano son las emisiones del tráfico rodado. La cada vez más numerosa flota de vehículos (sobre todo diesel) hacen que la congestión del tráfico sea una característica de las grandes urbes. Según numerosos estudios, esta congestión no ... solamente supone pérdida de tiempo de los usuarios, ya que la mala calidad del aire se relaciona de manera clara con reducción de la esperanza de vida y con un aumento en los problemas respiratorios y cardiovasculares de las poblaciones expuestas.
En respuesta a la evidencia científica del impacto de la contaminación sobre la salud humana, la CE ha ido elaborando legislación hasta publicar las directivas de calidad del aire (1999/30/CE y 2008/50/CE, entre otras). Éstas exigen la aplicación de planes y programas de reducción de emisiones en caso de superar los niveles normativos, y España ha recibido en 2009 una carta de emplazamiento por infracción de dichos valores para partículas en suspensión en determinadas zonas durante 2005-2006. Además, los niveles límite de NO2 que se fijarán en 2010, se están superando en una proporción importante de zonas urbanas.
Algunas ciudades europeas, como Londres, Berlín, Estocolmo, Viena, Gratz, entre otras, están aplicando dichos planes y programas desde 2003. De todas las medidas aplicadas la más efectiva en cuanto a mejora de calidad del aire, ha sido la reducción de la densidad del tráfico rodado en núcleos urbanos. A pesar del gran esfuerzo de la industria automovilística para adaptarse a las demandas tecnológicas de reducción de emisiones, debido al incremento de la flota, éste no se ha traducido en mejoras de la calidad del aire.
La reducción del tráfico se ha logrado mediante peajes urbanos, prohibición de acceso selectiva (a los vehículos más contaminantes) en zonas ambientales delimitadas, y zonas de parking disuasorias para vehículos contaminantes (o favorecedoras para vehículos ecológicos), entre otras. Las ciudades se están decidiendo por una u otra, pero el objetivo final es reducir el tráfico rodado en zonas núcleo urbanas. Ello no es necesario solamente en casos de alerta por superar los límites diarios, sino como medida permanente que aseguren también el cumplimiento de los valores límite anuales de protección a la salud.
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