Asesina a su mujer el día antes del juicio por divorcio y pese a tener orden de alejamiento

La acuchilló ayer tras un mes vigilándola y años de palizas a ella y sus cuatro hijos. Y se suicidó en el salón

El Summa, ayer, en el lugar de los hechos Vídeo: Un nombre mata a su mujer y se suicida en Madrid - ATLAS

Primer caso de violencia machista con resultado de muerte en la región este 2022. En este caso se ha producido en el barrio de San Roque, en la trasera del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón. Todo ocurrió en una pequeña vivienda de 55 metros ... cuadrados del número 5 de la calle del Consejo. La víctima, una marroquí de 32 años, moría a manos del hombre del que estaba en trámites de divorcio, de su misma nacionalidad y diez años mayor. Es más, hoy, 24 horas después, tenían fijada la vista judicial por la separación y malos tratos, informaron fuentes del caso a este periódico. El sujeto, de hecho, tenía además una orden de alejamiento sobre ella desde el 29 de enero, 18 días después de la penúltima paliza. El Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional de Madrid lleva el caso.

A las 16.28 horas, se producía la primera llamada al 112. La zona, donde hay una importante población extranjera, es normalmente tranquila. Pero la que no se encontraba en esa situación era una de las residentes en el inmueble, que fue la que alertó a los servicios de emergencias: «Echo de menos a mi vecina» , dijo, a la par que escuchaba a una cría llorando en la vivienda. No era para menos. La pareja acababa de separarse, y él se había tenido que ir a vivir a un barrio de Madrid. Se sospecha que el tipo, que llevaba días vigilándola desde su coche, aprovechó la hora de comer, justo antes de que su ex bajara como cada tarde a recoger a los niños del colegio, para conseguir entrar en la vivienda. La acuchilló repetidas veces en el tórax y en el abdomen, en el salón, donde cayó muerta. Y él se suicidó de la misma manera, clavándose el arma en el vientre. Se ha encontrado un cuchillo ensangrentado en la misma habitación.

La niña pequeña, con un tumor

Fue la mayor de las hijas del matrimonio, de 13 años, quien, poco antes de las cuatro y media, se encontró con la tragedia al regresar del instituto. Los tres hijos más pequeños estaban en clase, esperando a su madre, que jamás volvería. Son un varón de 8 años, y dos niñas de 5 y 6. La menor de ellas sufrió durante la pandemia un tumor en la cabeza, del que tuvo que ser operada y aún se estaba recuperando. La hermana de la asesinada se ha hecho cargo de ellos, a través de los servicios sociales.

El aún marido llevaba dando una vida de infierno a la víctima, hasta el punto de que los vecinos llevaban años llamando a la Policía, pero ella siempre lo negaba. Hasta el 11 de enero, a la hora de la comida. Aquella tarde, los agentes se presentaron en el lugar al requerirlo una vecina, que escuchaba los golpes y gritos. El tipo bajó a la calle con sus muletas, pues estaba recién operado de la espalda y padecía un cáncer. Se dedicaba a recoger chatarra y piezas de televisores, llevarlos a Marruecos y volver con ellos arreglados, para venderlos. Ella lo estuvo cuidando durante el tratamiento que recibió. Pues bien, el criminal se colocó junto a un coche y una amiga de la víctima le dijo a los agentes que la única mujer que sufría malos tratos en el bloque desde hace años era la esposa del individuo que esperaba en la calle.

Sin embargo, ella se resistía a abrir la puerta. Estaba aterrorizada y jamás había querido denunciar. Incluso sus cuatro hijos comentaban por el barrio las palizas a las que su padre sometía a toda la familia, pero la madre lo negaba, aduciendo que eran bromas de los críos.

«Tengo mucho miedo»

Pero ese 11 de enero, la hermana de la mujer estaba de visita. Había llegado de Alicante y presenció los hechos; fue ella la que la convenció para ir a comisaría y narrar por fin lo sucedido. Bajó con la cara llena de arañazos y moratones.

El maltratador fue arrestado y el 29 de enero se decretó la orden de alejamiento, que de nada ha servido. Apenas un mes después, la ha asesinado. La infortunada llevaba días muy nerviosa. Hace una semana, estando en un supermercado cercano, se la acercó otro marroquí, amigo de su marido, y la agarró fuertemente del brazo. El zarandeo no fue a más porque una conocida presenció la escena y amenazó al tipo con llamar a la Policía. Es más, la propia víctima relató que, además de ver a su marido rondando la casa desde el coche, tenía a sus «paisanos varones», como ella los llamaba, controlando sus horarios y rutinas, cuándo salía a por los niños al colegio, para luego pasarle esa información al homicida. «Tengo mucho miedo», reconoció entonces.

Teléfono contra la violencia de género: 016

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