Armas, ‘darkwebs’, blanqueo de capitales y prostitución: lo que esconde cada porro

El tráfico de cannabis al por mayor va asociado a delitos mucho más graves para su financiación

Un manifestante fuma un porro durante la concentración de la Federación de Asociaciones Cannábicas EFE

La marihuana es, probablemente, la droga ilegal con mayor grado de aceptación socialmente. Por eso, en medios policiales, no se entiende que desde instancias políticas se ponga tanto hincapié en la lucha contra el narcotráfico pero, a la vez, se haga la vista gorda ... en las ferias cannábicas , que son legales sobre el papel pero en las que, en ocasiones, se venden productos que, en el mejor de los casos, incitan al consumo de esta droga .

En los parques de cualquier ciudad se puede ver a jóvenes fumando porros. Su consumo, como el del resto de estupefacientes , es legal. No así la tenencia ilícita (dependiendo de la sustancia, a partir de una cantidad) y, ni mucho menos, su distribución. Pero detrás de cada ‘canuto’ hay historias de sufrimiento, blanqueo de capitales y redes delictivas que van mucho más allá .

Por ejemplo, la compra-venta de la materia prima también se realiza a través de las ‘ darknets ’, que son las p áginas y foros web más encriptados de la red, en las que se venden drogas, pero también armas, se comercia con mujeres, se contrata a sicarios y se encargan secuestros.

En cuanto a las transacciones, explican los expertos en estas investigaciones, el pago suele hacerse en efectivo. En la misma plantación. «Los chinos se presentan en la Cañada Real, sacan el fajo de billetes y se llevan la mercancía» . Se refieren nuestras fuentes al incremento de instalaciones ‘indoor’ en el poblado marginal de Villa de Vallecas. Desde hace más de seis meses, sus vecinos vienen sufriendo cortes de luz continuos que, tanto desde la Policía Nacional como desde la Guardia Civil, que trabajan esa zona, achacan a las decenas de plantaciones de ‘maría’ que proliferan a manos de los clanes que antes movían sobre todo cocaína y heroína . Pero los continuos golpes policiales en la zona los han debilitado y, como los ladrones, se han pasado a este tipo de negocio ilegal, mucho menos penado que el tráfico de otras sustancias.

Las mafias asiáticas son las más fuertes en este sentido: «Se reinventan. Ahora no funcionan solo como un grupo estanco, sino que subcontratan cada parte de la cadena de engranaje a otras células del país. Y otra novedad es que también trabajan con clanes de mercheros, gitanos, marroquíes, rumanos y dominicanos, a los que compran la droga».

El dinero sigue una ruta circular que solo hace engordar la rueda delictiva. Estos grupos se caracterizan por su carácter policriminal. El dinero con el que compran lo marihuana lo obtienen, en parte, de la compra de hachís a redes del norte de África . Pero una de las prácticas más comunes y crueles es la trata de mujeres con fines de prostitución. Ahí tienen mucho que ver los chalés donde las meten y las ‘fiestas’ privadas que montan en conocidos karaokes de Parla yLeganés que han sido objeto de distintos dispositivos policiales.

Y todo ello converge en el polígono Cobo Calleja , considerado por los investigadores la mayor lavadora de dinero negro de toda Europa. Esta ‘Chinatown’ madrileña, con más de 300 negocios controlados por empresarios chinos, funciona en parte como una máquina de blanqueo. Solo hay que tener en cuenta un dato: únicamente en importaciones de marihuana al Reino Unido, las mafias asiáticas se han hecho con 100 millones de euros en un año . «Hacen un ‘estudio de mercado’ para conseguir cuantas menos pérdidas mejor. Están obsesionados con eso. En su caso, más que grupos criminales estaríamos hablando de ‘grupos empresariales», indican otras fuentes.

Líderes en la lucha

Ante semejante panorama, España está considerada, a nivel europeo, el país líder en la lucha contra el cultivo y el tráfico ilícito de marihuana. Nuestra Policía Nacional ha protagonizado la primera macrointervención, en distintas fases, para atacar internacionalmente a estos grupos.

En la operación Verde participan más de 2.000 funcionarios policiales de organismos centrales y periféricos, con el apoyo de las oficinas de Interpol y Europol. El saldo es de casi medio millón de plantas (y 300 instalaciones ‘indoor’); 25.642 kilos kilos de marihuana; 23.849 de hachís; 3.140 de cocaína, y 85 kilos de heroína. Además, se han intervenido 346 armas de fuego y detenido a 3.695 personas.

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