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Archivo y Biblioteca Regional de Madrid, custodia de los documentos que guardan la historia de la región

La antigua fábrica de cerveza El Águila fue una de las primeras experiencias industriales de Madrid que trajo una moderna organización del trabajo

La fábrica fue construida entre 1900 y 1903 BELÉN RODRIGO

Belén Rodrigo

La antigua fábrica de cervezas El Águila , entre las estaciones de Atocha y de Deíicias, es hoy sede del Archivo y de la Biblioteca Regional de Madrid en un complejo que cuenta igualmente con una sala de exposiciones. Todavía se pueden ver algunos tramos de los antiguos raíles por donde se transportaba en vagones la cerveza hasta las cercanas estaciones. También se conservan algunos de los edificios y el silo de la fábrica fundada en 1900 y que estuvo funcionando hasta 1985 , un año después de ser adquirida por Heineken. Y si interesante es la historia de este complejo industrial y de su impacto en la capital, no lo es menos todo lo que en su interior guarda actualmente. Poco conocido por los madrileños a pesar de la riqueza e importancia de muchos de los documentos que allí se custodian  (datan desde el siglo XIII) gracias a los cuales se puede entender y acompañar la historia de la región. 

Augusto Comas y Blanco fue el fundador de la S.A. El Águila, valenciano de nacimiento e hijo de un letrado catalán, cuya familia se trasladó a Madrid cuando él apenas tenía 3 años. Eligió esta zona en donde se encontraba parte del clausurado cementerio de San Nicolás , donde fueron enterrados ilustres personajes como Calderón de la Barca, trasladado después a la iglesia de San Salvador, o José de Espronceda y Mariano José de Larra, hoy en el cementerio de San Justo. La fábrica responde a una construcción industrial de estilo neomudéjar que se levantó según los planos del ingeniero alemán Langeloth y bajo la dirección técnica del arquitecto Jimeno Corera . El material de referencia empleado fue el ladrillo .

 

En el complejo se pueden ver las vías de la antigua fábrica por donde salía la cerveza hasta las estaciones de tren BELÉN RODDRIGO

Además de Comas y Blanco había inversores alemanes y otros burgueses españoles. Fue precisamente de Alemania de donde llegó la maquinaria e incluso el lúpulo y los maestros cerveceros. Esta fábrica, que arrancó con un capital de dos millones de pesetas, supuso una de las primeras experiencias industriales de Madrid que trajo una moderna organización del trabajo . En 1903 ya consta la salida de cerveza para el mercado de Madrid. El sector cervecero fue evolucionando en España y El Águila contó con presidentes que al mismo tiempo eran directivos de banca e importantes industriales. Ya en 1910 esta empresa lideraba el sector.

A partir de 1914 obras de ampliación y reforma llevadas a cabo por el arquitecto Luis Sáinz de los Terreros . El negocio prosperaba y vinieron décadas muy prósperas. Con el estallido de la Guerra Civil la fábrica fue incautada por los republicanos y algunos de sus directivos fueron asesinados . En 1939 los dueños recuperan la fábrica e inician la expansión por territorio nacional construyendo nuevas fábricas. En 1884 Heineken compró una importante participación de El Águila y la fábrica cerró en 1985. Tras la posterior fusión con Cruzcampo esta cerveza pasa a llamarse Amstel. Sin embargo, el año pasado puso a la venta de nuevo El Águila, inspirada en la receta original.  

En el antiguo edificio de oficinas se ha instalado el Depósito Legal BELÉN RODRIGO

Cerrada la fábrica este complejo pasa a ser Bien de Interés Cultural (BIC) en 1990. En 1994, en la legislatura de Joaquín Leguina, se lanzó un concurso de ideas para construir un Centro de las Artes Y la Cultura . Una especie de Pompidou que incluso pasó a llamarse de forma popular el “Leguidú”. El proyecto ganador fue el presentado por el equipo formado por  Emilio Tuñón y Luis Moreno  que cuentan con distinciones como el Premio Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (1995) o el Premio Nacional de Arquitectura (2003). Del proyecto inicial se optó finalmente por instalar en este complejo el Archivo Regional y la Biblioteca Regional que lleva también el nombre de Joaquín Leguina. En esta actuación arquitectónica se pudieron conservar parte de los edificios originales adaptando su interior a las nuevas necesidades. Tal y como dijeron los autores de su obra, «el conjunto integrado por el Archivo y la Biblioteca Regional de Madrid es como dos manos entrelazadas ».

 

Archivo regional

El Archivo Regional abandonó en 2003 su anterior sede, curiosamente otra fábrica de cervezas, la de Mahou (hoy Museo ABC), para instalarse en el Complejo El  Águila. Creado en 1993, estuvo inicialmente en la calle Talavera hasta irse a la calle Amaniel. «El volumen de documentos creados te obliga a tener más espacio y esta vez se intentó elegir una sede para que sea la definitiva», indica a ABC Nieves Sobrino, directora del Archivo Regional de Madrid. Este archivo que ocupa un área de 29.000 metros cuadrados está formado por cuatro edificios diferentes , tres de ellos conectados por pasarelas. El de oficinas y atención al público se encuentra en el antiguo módulo de cocción de la fábrica de cerveza y se conservan los muros de ladrillo. El de depósitos es de nueva construcción con capacidad para 83 kilómetros de documentos divididos en 72 depósitos . En el edificio de ingresos, de nueva planta, se reciben los documentos y se encuentran los talleres de restauración, encuadernación y reproducción de documentos mientra que el espacio multiusos (igualmente de nueva construcción) hay una sala de exposiciones principal y cuatro secundarias además de un salón de actos. «Tuvimos la oportunidad de explicar a los arquitectos nuestras necesidades y para un archivo es algo muy importante», destaca la directora.

Pergamino del Ducado del Infantado de 1338 BELÉN RODRIGO

En este centro se custodian los documentos generados por el Gobierno y la Administración de la Comunidad de Madrid , así como por sus instituciones antecesoras. En el caso de los documentos oficiales, se guardan por lo general aquellos que tienen una antigüedad de 15 años. «Los documentos de la Diputación de Madrid conserva toda la historia de madrid desde principios del siglo XIX hasta 1983 », indica Nieves Sobrino. Ésta desaparecida institución se encargaba de organizar la asistencia benéfica de Madrid «y se conservan interesantes documentos que son fundamentales para entender otros ámbitos», añade. Por ejemplo, los beneficios que se obtenían de espectáculos de la Plaza de Toros de madrid y de los Corrales de Comedias iban a financiar estas instituciones por lo que es posible encontrar «documentos fundamentales para el origen del teatro», resalta Sobrino. Documentos con los que es posible entender «cómo fue la vida de Madrid».

También en estos depósitos hay documentos de cerca de 70 municipios de la región. «Son localidades sin archivo y depositan aquí los documentos. Son una fuente de información muy variopint a, y con muchas curiosidades», afirma la directora. Por último, otro grupo de documentación llega a través de donaciones de particulares y de compras. «Destacan los fondos fotográficos que custodia casi dos millones de imágenes y los fondos particulares del Ducado del Infantado», cuenta Nieves Sobrino. De gran valor es el pergamino que se custodia de un privilegio concedido a este Ducado en 1338 , que conserva perfectamente sus colores. El d ocumento más antiguo que se conserva es de 1330 , del Arzobispo de Toledo , en el que pide que en Torrelaguna no se venda vino de los foráneos de esta villa.

Documentos del Archivo Histórico de Protocolos de Madrid BELÉN RODRIGO

 Los 72 depósitos se dividen en 36 para documentos de formato normalizado, 12 para documentos de formatos especiales en soporte papel y 24 para documentos en soportes especiales. Entre ellos, placas fotográficas, uno de los soportes más antiguos que se conservan para las fotos.

Todos los documentos del Archivo Regional ocupan 56 kilómetros de los depósitos. Actualmente se conservan también los documentos del Archivo Histórico de Protocolos de Madrid . «Se está rehabilitando y lo hemos acogido en nuestras instalaciones», indica la directora. Estas escrituras notariales nos permiten conocer la vida privada de los madrileños a través de los testamentos e inventarios de bienes como el que se conserva de Velázquez.

Desde el Archivo Regional recuerdan que es un servicio «abierto a todos los mayores de 18 años». En él se pueden consultar documentos y participar en otras actividades organizadas, como las visitas a los edificios que custodian todo lo aquí referido.

Biblioteca Regional de Madrid

 La Biblioteca Regional de Madrid (BRM) se trasladó a este complejo antes que el Archivo, concretamente en 2002 . El objetivo era potenciar el sur de la capital y prolongar el eje cultural del Paseo del Prado. Biblioteca que tiene su origen en la Biblioteca de la Diputación de Madrid y fue oficialmente creada en 1989. Sus fondos se trasladaron a la Biblioteca Pública del Estado, en la calle Azcona.

Una vez en este complejo, se instaló en la parte mejor conservada de la fábrica. En las antiguas oficinas de El Águila se encuentran las de el Depósito Legal donde los editores entregan cuatro ejemplares de sus trabajos y uno de ellos se queda en la Biblioteca Regional. Entran al año alrededor de 40.000 volúmenes. En el antiguo silo hay depósitos de libros y en las antiguas cocheras y bodegas se encuentra la sala de exposiciones. Lo que fue la maltería son hoy las salas de lectura abiertas al público y el vestíbulo, donde se exponen antiguas máquinas, fue en su día la heladería.

 

En la sala de investigadores es posible consultar el fondo antiguo BELÉN RODRIGO

Tal y como se puede comprobar en el hall, «los arquitectos quisieron unir la arquitectura industrial en ladrillo con la moderna, en acero, vidrio y hormigón blanco », explica a ABC Amaya Díez, responsable de Difusión de la Biblioteca Regional de Joaquín Leguina. Esta biblioteca tiene como misión conservar y difundir el patrimonio bibliográfico de Madrid y su región.  

Ocupa una superficie de 12.000 metros cuadrados . La sala de referencia es aquella en la que se pueden consultar monografías modernas, obras de referencia general y la colección técnica especializada en Biblioteconomía, Documentación, Archivística y Museología. Cuenta con sala de investigadores , para consultar el fondo antiguo, la sala de exposiciones y el salón de actos en el que se celebran muchas actividades y conferencias. Además está la mediateca, la cartoteca y la hemeroteca.

 «La colección madrileña recoge las obras editadas en Madrid y las producidas fuera que hacen referencia a la región », cuenta Amaya Díez. Es por ello una biblioteca especializada en la temática madrileña e instrumento de trabajo para los investigadores . Ya en el fondo antiguo hay importantes colecciones como el fondo teatral o el de literatura española del Siglo de Oro. También destaca el conjunto de libros de viajes con textos publicados entre los siglos XVII al XIX. Mapas, fotografías, música (tanto impresa como manuscrita), prensa, revistas y material audiovisual completan un depósito de más de un millón de documentos en diversos soportes. Además desde la BRM se gestiona la colección digital desde la que se puede acceder a parte de los fondos antiguos que aquí se custodian.

Entre las actividades que se organizan destacan el curso de historia anual (muy solicitado), cine, conferencias, talleres, clubes de lectura o visitas guiadas al espacio para dar a conocer este importante legado de la historia de Madrid.

Las instalaciones conservan antigua maquinaria de la fábrica BELÉN RODRIGO

 

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