El aparcamiento más bonito del mundo, inspirado en la Divina Comedia

El estacionamiento, una infraestructura donde debe primar el sentido práctico, por la que transitan coches cada día y en la que suelen ser habituales las manchas de aceite en el suelo y el olor al humo de los tubos de escape, no parece el entorno más adecuado para la poética. Sin embargo, es allí donde le llegó la inspiración a la arquitecta italiana Teresa Sapey , que tituló su proyecto para este parking 'Chueca An-Dante' y lo basó en el erotismo y el amor.

Tomando la funcionalidad del lugar y su carácter subterráneo como parte de su identidad, Sapey se lo tomó como una «bajada a las vísceras de la tierra» para «volver arriba purificado , con algo más de cultura», como explicaba ella misma durante la inauguración de la instalación, en el año 2005.

Las paredes son negras; los suelos, rojos; sobre los muros se proyectan piezas de vídeo arte y fotografías que muestran partes del cuerpo humano, abrazos, besos, relaciones interpersonales de amor sin ortodoxia. Y un enorme lazo rojo, el símbolo de la lucha contra el SIDA, preside la entrada en este aparcamiento municipal, antes llamado Vázquez de Mella y que ahora, en sintonía con el cambio de nombre de la plaza, responde al nombre de Pedro Zerolo . El monumento es, a la vez, un banco en el que descansar y, por qué no, reflexionar.

El estacionamiento incluyó en su día todas las novedades tecnológicas del momento: iluminación en verde de las plazas libres, control fotográfico de los vehículos a la entrada y la salida... Pero sin duda, además de funcionar para lo que debe hacerlo, la particularidad de esta instalación es su cuidado diseño, que lo ha convertido en un icono de la zona.

Una estética atrevida, sin duda, original y rompedora, inesperada en un estacionamiento subterráneo, y con predominio de los colores negro, rojo y gris en el entorno. La elección de los versos de la obra divina de Dante es un guiño más al sentimiento amoroso.

El estacionamiento subterráneo de Vázquez de Mella que Sapey reconvirtió con este derroche de ingenio es la continuación de otro parking que hubo anteriormente, y que fue construido para sustituir al que existía en superficie en esa misma plaza desde 1969. Cuando las autoridades municipales decidieron derribar el exterior y construir otro bajo tierra, se encontraron con una sorpresa: en marzo de 1999, localizaron unos pozos, de un metro de diámetro y once de profundidad, en el que se encontraron «cantidades ingentes de restos humanos», como señalaba el cronista de ABC.

Los huesos aparecían colocados por capas, alternando con otras de cal que probablemente se pusieron para acelerar su desaparición. Los estudios paleontológicos llevados a cabo concluyeron que los enterrados eran niños de no más de 6 años de edad , muchos de ellos con deficiencias nutricionales, y el 80 por ciento con signos de criba orbitalia, una porosidad anormal en los lechos de las órbitas que se suele producir por anemia ferropénica. Entre los restos, había uno de un niño de 5 años con un orificio en el frontal derecho producido probablemente por la agresión de un arma de fuego. La conclusión de los expertos fue que se trataba de víctimas de algunas de las grandes epidemias que asolaron Madrid en el siglo XVII.