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Los aluniceros se «desmadran» en Madrid: «Son más jóvenes y salvajes»

La Policía detecta un repunte de estos delitos, pero protagonizados por chavales de 18 a 20 años muy agresivos con los agentes: «Les da igual todo»

Un BMW de alta gama empotrado contra un coche de Policía ABC
Carlos Hidalgo

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Madrugada del 5 de octubre, calle de Esteban Collantes, en Pueblo Nuevo (Ciudad Lineal). Las cámaras de seguridad de un bar captan cómo dos hombres, encapuchados y con bragas en el rostro , revientan la puerta del establecimiento y, con un enorme martillo, uno la emprende contra la máquina tragaperras, hasta sacar el cajetín de las monedas. Lo mismo hace con el expendedor de tabaco. Su «consorte» se sube a la barra y abre la caja registradora. La escena apenas dura un minuto y se llevan mil euros. Esa misma secuencia la repiten, esa misma noche, en al menos otros tres locales de Madrid.

La noche del 16 de ese mismo mes no la olvidará jamás un joven que paseaba por la calle de la Princesa. Vio cómo una banda, en un BMW, se daba a la fuga tras perpetrar un alunizaje. El testigo corrió hacia el vehículo, en un acto instintivo para pararles, pero los delincuentes (y esto hasta hace poco no era lo normal) aprietan el acelerador, a la altura del túnel hacia Alberto Aguilera, y conducen en zigzag intentando atropellar al muchacho . No lo mataron de milagro. Se les busca por intento de homicidio.

Sobre todo ese segundo suceso es un reflejo de lo que vienen observando en los últimos meses los expertos policiales en la lucha contra los aluniceros: «Esto es un desmadre. Y cada vez son más jóvenes y violentos. Les da igual todo, no les importa nada . Hasta hace poco, procuraban no utilizar la violencia contra las personas, porque saben que judicialmente tendrían más problemas e incluso posibilidad de entrar en prisión preventiva. Pero ahora, desde el verano y cuanto más se acerca la Navidad, nos estamos encontrando con niñatos de 18 o 20 años que se juntan, quieren dinero rápido, roban un coche y salen de noche a robar . Y se dedican a embestir a la Policía», explica un agente.

Tres detenciones una semana

Sin embargo, hay una constante que no cambia: la impunidad. Pone el ejemplo de un español de apenas 20 años de un barrio del sur de la capital: «El otro día le detuvieron el martes. Luego, el jueves. Y, por tercera vez en una semana , el domingo. Y está en libertad».

Si hace unos años los coches predilectos por los aluniceros «profesionales» eran los Audi A3, A5 o A6, ahora se utiliza mucho el BMW (no en vano, así se le ha denominado por parte de los medios de comunicación a uno de estos clanes). Pero esta nueva remesa de ladrones con fuerza «descontrolados» tienen predilección por los Q7, mucho más robustos y caros. Como los que han dado dos golpes, en apenas una semana, en una tienda Orange de Alberto Aguilera . El primero fue el 3 de noviembre, a las cinco y media de la madrugada. En ese caso, los cuatro encapuchados utilizaron un Volkswagen Golf blanco, lógicamente robado, y reventaron el acceso con mazas. El día 10, a las seis y media de la mañana, volvieron, pero con un Audi Q7 negro. Esta vez fueron tres los que se bajaron del vehículo (el cuarto se quedó al volante), forzaron la entrada con una palanca y colocaron una papelera para mantener un hueco abierto lo suficientemente grande para entrar en el local y desvalijarlo en apenas unos minutos.

Por el tipo de vehículo y otros indicios que están en investigación, la Guardia Civil sospecha que pudieran ser los mismos que protagonizaron al día siguiente uno de los alunizajes más espectaculares que se recuerda en los últimos tiempos: el perpetrado utilizando el tráiler de un camión como lanzadera contra el portón de carga del Media Markt del polígono El Carralero, en Majadahonda. El coche, en el que iba dentro uno de los delincuentes (no habían manipulado la dirección), como si fuese un «hombre bala» a cuatro ruedas, quedó literalmente empotrado en el aire, contra la enorme persiana. Y allí lo dejaron, tras llevarse 70.000 euros en smartphones recién llegados al almacén para venderlos en el «Black Friday».

Golpes diarios

La casuística parece que no tiene fin: «Todos los días nos llegan robos a mazazos o con alunizajes. Está siendo una salvajada. Y ahora buscan el dinero rápido: bares, estancos, salones de juego y tiendas de telefonía ; es decir, dinero en efectivo o móviles, que son muy fáciles de colocar en el mercado negro», añade a ABC otra fuente policial. Y nos cuentan más casos recientes: hace unas semanas, los agentes detuvieron a dos chavales tras una persecución por la M-40, en dirección sur. Conducían de manera tan temeraria, que acabaron empotrándose contra la mediana. No se achantaron. Los tres ocupantes se bajaron magullados y corrieron campo a través. La persecución acabó con esos dos arrestos y el tercero consiguió huir.

Tres días antes, un viernes, una banda arrojó a la Policía unos extintores que habían robado momentos antes de una gasolinera. Y esa misma noche otro grupo embistió un todoterreno contra un coche patrulla al verse sorprendido robando en Hortaleza. Detuvieron a uno de ellos: marroquí de solo 18 años.

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