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Almeida soterrará casi cuatro kilómetros de la A-5 y creará un gran pasillo verde peatonal

El PP construirá durante la legislatura, si gobierna, un falso túnel de seis carriles con 180 millones de euros de presupuesto. Liberará para los vecinos más de 90.000 metros cuadrados de avenida, casi doce veces el estadio Bernabéu

Proyecto del PP para el soterramiento del Paseo de Extremadura ABC

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José Luis Martínez-Almeida , el candidato del PP para la Alcaldía de Madrid, ultima la redacción de uno de sus grandes proyectos estrella si gobierna en la ciudad: el soterramiento de los ocho carriles al tráfico rodado que discurren por la A-5 entre la avenida de Portugal (punto kilométrico 3,7) y la avenida de los Poblados (p.k. 7,5). Se liberarían así más de 90.000 metros cuadrados en superficie, el equivalente a doce veces el Estadio Santiago Bernabéu . Es lo que aún sopesa bautizar como «El Bulevar Verde de la Latina» o «El Pasillo Verde del Suroeste». La obra, atendiendo a los plazos administrativos para la licitación del contrato, comenzaría en el último trimestre de 2020 y finalizaría antes de agotar el mandato.

El Partido Popular ofrece cubrir casi 4 kilómetros de carretera a los más de 150.000 vecinos que residen en los barrios de Lucero, Campamento y Aluche (distrito de Latina) que llevan años denunciando el aislamiento y el ruido a los que les condena la autovía del Paseo de Extremadura y los 120.000 vehículos diarios que la atraviesan . Desde el pasado martes, el tramo urbano de esta carretera cuenta con cuatro semáforos activos y un carril menos –destinado al Bus-VAO– para reducir la afluencia de coches y la velocidad. Un informe que publicó el Ayuntamiento de Madrid en mayo de 2018 reconocía que las medidas que implantaría el Gobierno de Carmena (incluido el radar de tramo que empezará a multar en abril y la rebaja de velocidad de 70 a 50 kilómetros por hora) generarían un incremento de los atascos en la vía «del 350 por ciento» , 2.500 coches en cola.

El Partido Popular pretende cristalizar, si gobierna, una idea que trasladó el grupo municipal en el Pleno del Ayuntamiento –el 25 de mayo de 2016–, a colación de la iniciativa del PSOE de implantar semáforos en la A-5. Los populares fueron los únicos, de los cuatro grupos que representan la Cámara madrileña, que votaron en contra de la medida que se ha llevado cabo.

Almeida ya tiene cifras sobre la mesa: un presupuesto necesario de no más de 180 millones de euros (40 millones por kilómetro), incluyendo la actuación en superficie para transformarla en un bulevar peatonal con zonas verdes y espacios de convivencia vecinal que cerrarían la brecha entre los barrios de Cuatro Vientos y Batán.

Para trasladar la circulación del tráfico bajo tierra no hará falta utilizar tuneladora como con la obra de Madrid Río en la M-30, ya que no se opera bajo edificios. La línea 10 de Metro va en paralelo a la Casa de Campo y cruza más allá de la avenida de los Poblados, sin afectar a la zona de actuación. En cualquier caso, detallan especialistas, su ubicación está por debajo del lugar donde se trabajaría. Por esta razón, el método de construcción empleado sería el de falso túnel o «cut and cover», ejecutando una losa en superficie para restaurar el tráfico y excavar bajo la plataforma la totalidad o parte del hueco que ocupará el subterráneo.

Afección mínima de la obra

Expertos consultados explican que esta técnica permitirá una afectación mínima a los vecinos de la zona y a la circulación durante el periodo que duren las obras –algo más de dos años–, ya que se intervendrá primero en uno de los sentidos –cortando los cuatro carriles al tráfico–, pero derivando dos a la otra dirección. Es decir, de los cuatro que permanecerían abiertos, dos serían en sentido Madrid y otros dos, hacia el suroeste. El carril bus desaparecería durante la reforma. Los trabajos en cada una de las direcciones durarían seis meses. Un año en total.

Atasco en la A-5, el miércoles, con los nuevos semáforos funcionando GUILLERMO NAVARRO

En el túnel se construirán seis carriles: tres de ida y tres de vuelta . Este subterráneo, destinado al tráfico privado y los autobuses interurbanos (ya que no recogen pasajeros en el tramo) incorporaría los tres grandes enlaces que actualmente conectan con la A-5: el de la avenida de los Poblados, el de Padre Piquer y el de Batán con la Casa de Campo. El resto de calles se conectarían en el bulevar, con un único carril por sentido, por donde circularían autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) –se ampliarían las líneas–, los residentes o un mínimo de conductores de paso, como en la avenida de Portugal.

Se prevé, aunque aún está en estudio, la creación de un carril bici que conectaría con Madrid Río, lo que extendería el recorrido a golpe de pedal entre la capital y los barrios y municipios limítrofes por el suroeste. Para Almeida este proyecto es la continuación de un modelo que el PP ya inició en 2003 con el soterramiento de la M-30 y la creación de Madrid Río, «posiblemente el proyecto urbanístico más ambicioso llevado a cabo en una ciudad europea en los últimos años». «Es momento –añade– de hacerlo en la A-5 para poder dotar de esa misma calidad de vida y sostenibilidad medioambiental a los vecinos de la zona».

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