Almeida espanta de Cibeles al fantasma de la moción de censura

Con estas dos decisiones trató ayer de espantar el fantasma de la moción de censura que lleva recorriendo los pasillos de Cibeles desde que estallara la guerra encarnizada entre Sol y Génova. Visiblemente liberado tras comunicar que a partir de hoy volvería a ser alcalde a tiempo completo, Almeida agradeció la «confianza y generosidad» que ha tenido Pablo Casado con él para compatibilizar ambas responsabilidades. «Es un momento especialmente delicado para el Ayuntamiento de Madrid y, como consecuencia de las informaciones que se han ido publicando, siento que los madrileños no pueden dudar de mi compromiso absoluto tanto con el ayuntamiento como con averiguar la verdad de todo lo que se ha ido publicando», incidió. Una verdad con la que ahora también busca recuperar la confianza de sus socios, Ciudadanos, para no perder el gobierno que tanto le costó arrebatar a Manuela Carmena.

La firmeza con la que la vicealcaldesa, Begoña Villacís , habló el pasado jueves tras enterarse por la prensa de todo lo sucedido en el consistorio, pareció atisbar la posibilidad de que arrebatar a Almeida la alcaldía fuera algo más que un sueño de la izquierda. Tras criticar con dureza al PP por «intentar utilizar el ayuntamiento como un chiringuito», la líder de la formación naranja prometió lealtad a Almeida. «Quiero que me asegure que no hay nada más, porque lo vamos a encontrar», le pidió como condición para recuperar la confianza.

A izquierda y derecha pocos creen que Villacís vaya a dar el paso de atreverse a concretar una moción de censura, pese a que los concejales del Grupo Mixto le lanzaron ayer el primer anzuelo: «Hay que organizarle una mudanza al señor Almeida de Cibeles a Génova», dijo la portavoz Marta Higueras. Sin embargo, los concejales de Cs se muestran conformes con las explicaciones dadas hasta ahora. «Estamos tranquilos, nos han pasado una primera documentación y ‘a priori’ no hay nada», expresan.

El ya alcalde a tiempo completo fue el primero en dar explicaciones sobre la presunta implicación de la EMVS en el supuesto espionaje a su ‘partner’. En la mañana del pasado jueves habló solo como primer edil, rehusó hacerlo como primera espada del PP. En ese momento comenzó, de facto, su renuncia. Su ausencia al cónclave convocado el lunes por Pablo Casado con su núcleo duro confirmó la grieta que ya se sentía con la dirección nacional de su partido. Y, ayer, en medio de un pleno bronco en Cibeles confirmó su necesidad de renunciar a un puesto que le ha traído más sinsabores que triunfos.

«¿Con esto ya contentas a Villacís?», le espetó a Almeida la portavoz socialista, Mar Espinar, después de anunciar su salida de la dirección de Génova. Fuentes de Cs reconocen que ya sabían que el alcalde iba a comunicar esta decisión desde primera hora de la mañana, pero insisten en que Villacís no pidió en ningún momento la cabeza de Ángel Carromero ni que dejara la portavocía del PP. «Desde el principio le dije que no era buena idea», expresaba, no obstante, la vicealcaldesa en los pasillos.

El fuego cruzado entre Sol y Génova en aquellos meses fue un daño colateral que comenzó a ser insostenible en Cibeles con el paso de las semanas. Tanto Casado como Teodoro García Egea señalaban a Almeida como posible competidor de Ayuso al congreso regional del PP. Una posibilidad que él nunca confirmó, pero que, por lealtad a su presidente, no desmintió. E incluso trató en vano de mostrar una buena relación entre ambas instituciones en momentos en los que el choque parecía frontal.

No obstante, la presidenta de la Comunidad siempre dejó al margen al alcalde de su pulso con Génova al destacar la diligencia del regidor para investigar la información que ella misma le suministró. Un gesto que ayer le devolvió el regidor al considerar «suficientes» las explicaciones dadas por Ayuso con respecto al contrato de su hermano. Como suficientes espera que sean las explicaciones que darán los implicados en la comisión de investigación para apaciguar a Cs.