Almeida aprovecha la brecha en Más Madrid para salvar su ordenanza de Movilidad

Como avanzó ABC, los cuatro ediles más próximos a la exalcaldesa que rompieron con el grupo mayoritario liderado por Rita Maestre apoyarán el texto impulsado por el edil popular Borja Carabante. «Entendemos que la situación actual es aceptable y por eso nos abrimos a apoyar ese texto, porque Madrid Central se queda. Es una cuestión de pragmatismo», indicó en una entrevista con este diario publicada el pasado julio el exdelegado de Desarrollo Urbano, José Manuel Calvo . La batalla judicial iniciada tras romper con Más Madrid les impide a los cuatro ediles díscolos, por ahora, tener voz en los plenos. Sin embargo, ante el profundo rechazo expresado ya desde las filas de Vox, sus votos son determinantes para salvar la normativa que modifica, entre otros aspectos, Madrid Central.

La facción de Maestre considera que «Almeida da un bocado enorme a Madrid Central» y exige la retirada del texto aprobado ayer en la Junta de Gobierno porque, afirman, «los únicos que están de enhorabuena son los coches y la contaminación». Sin embargo, sus excompañeros creen que es la única manera de que «Vox no se salga con la suya» y de mantener el espíritu de la medida estrella de Carmena. Los populares han sabido aprovechar esa brecha para llevar a su terreno la situación. Así, según las fuentes consultadas por ABC, paradójicamente serán los herederos de Carmena quienes tenderán la mano al PP , la formación que, cuando estaba en la oposición, llevó la medida a los tribunales y que ahora ha sido tumbada en el Supremo .

Este contexto convierte, por un lado, a los ediles díscolos en pieza clave en la negociación y los saca del ostracismo a los que los había condenado Maestre. Y, por otro, da alas a Vox para desmarcarse, una vez más, del PP y Cs, y mostrarse así como los verdaderos garantes de la derecha. «El gran cambio de ‘Madrid Central’ es que se llamará ‘Distrito Centro’ y, lo mejor, sólo nos costará 185.000 euros. Cambiarlo todo para que nada cambie», denunciaron ayer los de Ortega. Un pacto inusual, pero que, pese a las formas, en el fondo satisface a todos.