Aguirre se emociona durante su toma de posesión

Lo más destacado de su discurso, que ha durado apenas diez minutos, han sido las lágrimas de la presidenta madrileña, que han brotado al inicio de sus palabras, cuando se ha acordado de su familia y de su partido, y no han cesado hasta el final, cuando al igual que en días anteriores ha mostrado su voluntad de «gobernar para todos». Tras resaltar el amor por su marido, Fernando, y por sus dos hijos, Aguirre ha señalado que pese al «momento difícil» que atraviesan los madrileños, quiere «luchar junto a ellos para lograr la recuperación económica, que vuelva a crecer el empleo y para que todos, en primer lugar los jóvenes y los más desfavorecidos, recuperen la esperanza y el optimismo».

Aguirre ha recordado que el pasado 22 de mayo los madrileños «votaron mayoritariamente la lista del PP» que ella tuvo «el honor» de encabezar y después de que ayer, en la Asamblea de Madrid, tuviese lugar su investidura como presidenta, la volvieron a encomendar con su voto la «alta responsabilidad» de gobernar. «Ahora acabo de tomar posesión del cargo después de prometer solemnemente ante la mesa de la Asamblea cumplir fielmente las obligaciones de la presidenta con lealtad al Rey y a la Constitución», ha señalado, en un momento en el que ha recordado a los dos ex presidentes madrileños que le han precedido, Joaquín Leguina, que «cada día es mejor consejero», y Alberto Ruiz-Gallardón, el «compañero constante» de su vida política.

Aguirre, quien ha asegurado que es madrileña, y que le «gusta vivir en Madrid», ha reconocido que le «emociona» que los madrileños le hayan vuelto a dar su confianza. «Yo tengo una gran admiración por los madrileños», ha apuntado, destacando que son «la gente más abierta y con más sentido del humor del mundo».

ILa presidenta madrileña ha indicado que empieza su tercer mandato con «todas» sus «ilusiones renovadas y con la voluntad de servicio a los madrileños», la misma que le llevó, ha dicho, a entrar en política hace 28 años. Y centrándose en sus objetivos, ha reconocido que el principal es salir de la crisis con los madrileños.

La parte más emocionante la ha brindado la presidenta al principio de su discurso, cuando ha recordado a uno de sus principales colaboradores, Regino García Badel, y hado paso a los agradecimientos de su familia. Ha señalado que siempre les recuerda pero que especialmente ahora, después de los «momentos duros» que ha pasado en los últimos meses. Tras recordar a sus nietos, sus siete hermanos, su madre, sus hijos y sus nueras, «sus principales consejeros», ha venido el turno de su marido, del que sólo habla «una vez cada cuatro años» y hoy, ha dicho, «toca».

En toda una declaración de amor se han convertido sus palabras hacia él, que, en su opinión, es la persona «más discreta, más sensata y más cariñosa» que conoce. Fernando, como se ha dirigido a él, se ha convertido en el «compañero ideal» de su vida, y ha destacado el «sentido de patriotismo profundo» que tiene. Pero para el resto de su familia no se ha quedado corta y ha dicho que «sin ellos no estaría aquí, son los cimientos sobre los que reposa mi vida política y toda mi vida», ha asegurado.

También ha tenido palabras para su partido, compuesto por gente de una «inmensa calidad humana». El líder del PP, Mariano Rajoy, presente en el acto, ha señalado después que la emoción mostrada por Aguirre evidencia que los políticos «son seres humanos» con «sentimientos».

La toma de posesión de Aguirre se ha convertido en un hervidero de rumores sobre el que será su nuevo equipo de Gobierno, que previsiblemente tomará forma en las próximas horas. El único en hablar abiertamente sobre el asunto ha sido el vicepresidente en funciones, Ignacio González. Preguntado por si le ha sonado o espera que le suene el teléfono para que Aguirre le comunique su nuevo cometido, González ha respondido a que a él le suena «muchas veces el teléfono», que lo «malo» es que «no suene» y que «mientras el teléfono suene, bueno es».

Por su parte, el resto de los actuales consejeros han hablado con los periodistas en corrillos asegurando que a esa hora de la mañana todavía no sabían nada ni habían recibido la llamada de la presidenta. «Es normal porque luego hay filtraciones y, de verdad, no sabemos nada», comentaban algunos ante la insistencia de los periodistas. Algunos han optado por bromear e incluso situar a sus compañeros en alguna consejería; otros, en cambio, han preferido el silencio sin poder ocultar su nerviosismo, ya que se espera que el siguiente paso de Aguirre este jueves sea ir contactando con sus futuros consejeros.