Abstención masiva en los test de antígenos en Madrid: entre el miedo y el descrédito político
La asistencia media a las pruebas que realiza la Comunidad no llega al 30%. Expertos lo achacan a la limitación de la vida social y laboral y a los mensajes «confusos» de las administraciones
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Iniciar sesión«La verdad es que no me venía muy bien, ahora no puedo permitirme una baja en el trabajo». La frase, de un vecino de Ciudad Lineal, esconde uno de los motivos de por qué los test masivos de antígenos que realiza la Comunidad de ... Madrid presentan una abstención altísima, con una asistencia media de apenas el 28% . Si bien los trastornos o limitaciones de un positivo por Covid-19 en la vida laboral o social son los más evidentes, los expertos señalan también el «descrédito» generalizado de las administraciones entre los ciudadanos por su gestión de la pandemia , con mensajes «confusos» y a veces contradictorios, así como a la forma de la convocatoria, a través de un mensaje de texto en el teléfono móvil. Hasta la fecha, el Gobierno regional ha realizado cerca de 245.000 test en 19 municipios.
Los test de antígenos son uno de los pilares de la estrategia de la consejería de Sanidad para combatir la expansión del virus. Desde el inicio de la segunda ola, la Comunidad ha reiterado su propósito de hacer un millón de pruebas para cribar a la población infectada y cortar las cadenas de transmisión. Aunque el área que dirige Enrique Ruiz Escudero asegura que ya roza el millar de detectados desde el mes de septiembre con estas pruebas, que continuarán en las próximas semanas en las zonas más afectadas, lo cierto es que la baja movilización se ha convertido en un problema.
El miedo a un positivo va más allá de lo estrictamente sanitario. El resultado implica un rastreo inmediato de tu círculo de contactos, la cuarentena propia y de tu entorno más cercano, la obligatoriedad de no ir a trabajar, de ir a clase, de relacionarse. Un trabajo que, aunque necesario, no siempre suscita la misma responsabilidad ciudadana. La explicación que dan los psicólogos se reconoce punto por punto a pie de calle, en boca de los principales afectados. «Es algo que no podemos controlar» , reconocen en la consejería de Sanidad.
«Ojos que no ven...»
«Existe miedo al positivo y a todo lo que limita, es perder parte de la normalidad que tenemos ahora», considera Natalia Ortega, directora de Activa Psicología. A su juicio, detrás de esta incomparencia masiva está el temor a todo aquello que dejaríamos de hacer o los problemas que ocasionaría, agravado en cuadros de trastornos hipocondríacos, aún siendo conscientes de la gravedad de la situación. «Es algo así como ojos que no ven, corazón que no siente», apostilla. Su análisis concuerda con la experiencia de Victoria (nombre ficticio), residente en Getafe de 19 años y ausente por voluntad propia. «Sé que está mal y que debí haber ido, pero me siento bien y dar un positivo... Dejaría de hacer de todo», detalla.
El distrito de Puente de Vallecas fue el primero en desarrollar las pruebas en el calendario de test de la Comunidad de Madrid, a finales de septiembre. Especialmente golpeado en esta segunda ola –ahora tiene una incidencia acumulada de 396 casos por cada 100.000 habitantes, pero estuvo por encima de los mil–, representa alguna de las problemáticas, como las deficiencias técnicas de la convocatoria. «Conocemos casos de personas mayores que han recibido el mensaje de citación y no se enteran. Cuando lo ven sus hijos o sus nietos, ya se ha pasado la fecha», explican desde la Asociación de Vecinos Puente de Vallecas-San Diego. Madrid capital, precisamente, es la ciudad con el nivel de abstención más alto, con un 23,61% (109.268 pruebas de 462.771 convocados). En el otro extremo está Villarejo de Salvanés, con 983 de un total de 1.463, que suponen un 67,19%.
Carga ideológica
Existen otras variables. Los expertos señalan el desapego de los jóvenes con estas actuaciones y cierta percepción de no riesgo, sobre todo por los falsos positivos, pero también una desafección general hacia la Administración . «La comunicación desde el principio de la pandemia ha sido nefasta y se ha traducido en una pérdida de credibilidad en las instituciones, no ha habido un liderazgo científico», valora María Jesús Álava Reyes, directora del Centro de Psicología Álava Reyes.
Esta consideración remite al hecho de que la ciudadanía ha recibido informaciones confusas y ya no sabe cuál es su papel. «Hay un poco de pereza y también la sensación de qué gano yo todo con esto», añade esta psicóloga. A esto hay que sumar las connotaciones políticas que lleva consigo, habida cuenta de los mensajes contradictorios que han mandado los gobiernos central y regional. «La gestión de la pandemia se ha politizado y hay gente que ve carga ideológica en esta medida y en otras. Se ha generado un gran descrédito con falta de información o información ambigua», añade Ortega.
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