PES-PÁ
En Madrid, a los joyeros les roban que se matan, aunque en realidad los que mueren son siempre los joyeros, que han ido a quejarse al gobernador, un señorín de Pontecesures que, si alguien le cuenta un problema, pone cara de pez espada. De «pes-pá», como dicen los sevillanos con arte. El gobernador fue enterado del problema, puso cara de «pes-pá» y, hombre franco al fin y alcabo, dijo: «Autoprotección. Ustedes han de ir pensando en la autoprotección.» ¿Autoprotección? Esa misma palabra se le escapó al gobernador Ansuátegui cuando la movida del moldavo que mató a un abogado en un chalé, y todo el progrefascismo -con parte del retrofascismo- se le echó encima -a Ansuátegui, claro, no al moldavo- en plan hay qué ver, qué vergüenza, con la de impuestos que pagamos, menudo morro tiene la derechona, este tío quiere hacerse rico haciendo publicidad de las empresas de seguridad y no sabemos a dónde iremos a parar. Ahora la palabra mágica la ha pronunciado un señorín de progreso que pone cara de «pes-pá». La debió de aprender en Pontecesures, donde los vecinos se autoprotegen de sus políticos enviándolos a tomar viento a Madrid, donde hasta el Real Madrid habla de autoprotegerse con el fichaje de Carlos Diogo y Pablo García, dos uruguayos de tango, «ese reptil de lupanar», que dijo Borges. Mucho Borges tendrá que citar Florentino para justificar estéticamente esos dos fichajes, aunque Butragueño siempre le puede soplar al oído lo que Vasconcelos acuñó del Uruguay: «territorio brasileño plantado en la Argentina». Con esto, un cronista deportivo creerá interpretar correctamente que Diogo y García son un cruce feliz de Maradona con el doctor Sócrates. En semejante ambiente, al gobernador que pone cara de «pes-pá» se lo han puesto a huevo para hacer un Libro Blanco de la Autoprotección: no tiene más que coger el Libro Blanco del «Prestige», y donde pone «Prestige», poner «Autoprotección». Pero si la solución que da el gobernador al problema de los joyeros es la autoprotección, la solución que deberían dar al gobernador los joyeros es la autofinanciación: apéese usted del momio político, échese a la calle, consiga un curro y gánese un sueldo.
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